Pisco Sour de Cómo Perú superó su crisis

“Que Dios nos ayude” …

Juan Carlos Hurtado Miller.

Ministro de Economía y Finanzas de Perú 1990

 

Una visita obligada cuando se viaja a Lima es irse una tarde hasta el distrito de Barranco, contemplar el mar y tomarse un pisco sour en el bar “Juanito de Barranco”, en una atmósfera de tranquilidad y de frenética actividad uno se da cuenta de todo el progreso que ha vivido Perú en los últimos 20 años.

Este año se espera un crecimiento del 4,0%, según lo proyectado por el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF). El Banco Central del Perú (BCP) estima que la inflación en Perú podría estar por debajo de 1%para el 2018.

El 28 de julio de 1985 Alan García asume la presidencia del Perú con 36 años de edad. Ganó en primera vuelta, obteniendo el 53 % de votos válidos, pero no solo eso, su partido, el APRA, tiene mayoría absoluta tanto en el Senado como en la Cámara de Diputados.

El gobierno anterior de Fernando Belaúnde Terry le dejó en herencia un país con una profunda crisis económica. Además, debe agregársele las actividades terroristas de Sendero Luminoso y de Túpac Amaru. Las inversiones habían caído un 42% del Producto Interno Bruto. En 1982, la economía peruana no creció y, en 1983, el crecimiento fue negativo -12,2%, el ingreso per cápita había caído 16%, una inflación acumulada de 7.649% para el año 1.990, las reservas internacionales eran ridículamente bajas.

El desastre económico del gobierno de Belaúnde se debió, principalmente, a una caída de precios de productos que Perú exportaba (cobre, plata, plomo, café), sin embargo la administración del presidente Alan García promueve unas medidas económicas basadas fundamentalmente en la expansión del gasto público, devora las reservas internacionales, expande la masa monetaria sin control, incrementa el déficits fiscal, aplica controles de precios, de cambio y estatiza el sistema financiero peruano.

Al final de su mandato, los precios subían 20, 30 y 40% cada mes. En sus peores momentos, llegaron a subir hasta 60% al mes. La inflación acumulada durante sus cinco años de gobierno fue de más de 2.000.000%. Lo que costaba un sol en julio de 1985, terminó costando más de 20.000 en julio de 1990.

En el año 1986 el billete de mayor denominación era de 1.000 intis (moneda peruana de la época) y en 1990 ya circulaban billetes de 1 millón y 5 millones de intis. Todo esto fue el causante de la diáspora de 2 millones de personas entre el período 1980-2000, muchos de ellos buenos amigos que vinieron a Venezuela.

El 28 de julio de 1990 toma posesión Alberto Kenya Fujimori Fujimori quien había ganado las elecciones en segunda vuelta a Mario Vargas Llosa con un rotundo 62,4% de los votos.

En agosto del mismo año Fujimori presenta un plan de estabilización económica conocido como el “fujishock” el cual contemplaba 2 fases: la primera tenía como objetivo atacar la hiperinflación, insertar a Perú en los mercados financieros internacionales, reestablecer una estructura de precios adecuada y detener la recesión económica. La segunda fase contemplaba la creación de una economía de mercado eficiente e insertar la actividad económica de Perú en los mercados mundiales.

La estrategia para lograr esas metas fue de manera urgente la creación de programas sociales para ayudar a los sectores más afectados por la estabilización y la liberalización.

Se llevaron a cabo reformas estructurales, privatización de empresas públicas, facilitación de la importación de bienes y servicios, aumento de la competencia de los mercados internos.

Se creó una política cambiaria que apuntaba a la unificación del mercado cambiario con una flotación del tipo de cambio controlada por un tiempo hasta que se estabilizaran las cuentas. Se eliminaron las restricciones a las importaciones, excepto en el caso de 13 productos. Se fija el arancel mínimo en 10 % y el máximo en 50 %.

En materia monetaria se disminuye el encaje bancario del 80% a 64 %, se continúan permitiendo que los ciudadanos tengan depósitos en moneda extranjera en el sistema financiero. Las tasas de interés quedan sujetas al mercado.

Se adaptaron normas de austeridad fiscal, se prohibieron nuevas adquisiciones y contrataciones. Aumento de tarifas públicas. Gasolina 3.040 %, electricidad: 5.270%, agua: 1.318%, teléfonos 1.295 %. El IGV (impuesto general a las ventas) se incrementó al 11% y se redujeron las excepciones, se impuso una contribución extraordinaria del 1 % del patrimonio a las personas naturales y jurídicas. También se creó un Impuesto extraordinario a las exportaciones por el 10 % del valor FOB.

Se otorgó una bonificación extraordinaria a los trabajadores del 100% con un aumento del salario mínimo en 400%. Hubo una prohibición temporal de nuevos aumentos salariales en las empresas públicas hasta diciembre de 1990.

 “Qué Dios nos ayude”, fue la frase con la que terminó su discurso el ministro de economía Juan Carlos Hurtado Miller el 8 de agosto de 1990. Aquella noche, los peruanos eran testigos de un hecho económico drástico que marcó para siempre la historia de su país.

Pocas veces en el mundo se ha requerido de todos un sacrificio tan grande como el que ahora necesita Venezuela. Lograr una hazaña como la peruana solo será posible si los venezolanos estamos dispuestos a pagar el precio por lo ocurrido en los últimos 20 años. Que Dios nos ayude.