Torino Capital considera que con el anuncio del Gobierno de honrar sus compromisos de deuda externa venezolana “culmina una semana de incertidumbre para los mercados” internacionales. La estatal Petróleos de Venezuela (Pdvsa) informó el viernes pasado haber iniciado la transferencia de los fondos correspondientes al pago principal del bono Pdvsa 8,5 % 2020, por 842 millones de dólares en amortizaciones.
No obstante, precisa el banco de inversión, Venezuela “mantiene un retraso en el pago de intereses de otros instrumentos por 545,8 millones de dólares, apelando a los 30 días de período de gracia estipulados en los contratos”.
Y apunta que Pdvsa debe pagar mañana 1,2 millardos de dólares correspondientes a la última amortización de 2017. “Este bono P2017 con cupón de 8,5 % tampoco cuenta con período de gracia”, comenta.
La firma indica en su informe semanal que “no tendría sentido para el Gobierno haber hecho el pago del P2020 si no tuviese la intención de hacer el pago del P2017. Por lo tanto, creemos que la probabilidad de default (suspensión, insolvencia o cesación de pagos) para este bono o cualquier otra obligación de Pdvsa, es baja”.
Torino Capital también considera “poco probable” que la República decida no pagar el bono de la Electricidad de Caracas (Elecar) cuyo plazo venció hace casi tres semanas.
Destaca, sin embargo, que “la falta de comunicación por parte de las autoridades al respecto impide descartar la posibilidad de que el Gobierno esté considerando un default selectivo en algunos instrumentos. De hecho, el bono de Elecar sería un candidato atractivo de impago, ya que no tiene cláusulas de acción colectiva ni con Pdvsa ni con la República”.
En su análisis sostiene que “el monto a pagar en las obligaciones distintas de las de Pdvsa (851 millones de dólares) genera pocos incentivos para recurrir a esta decisión”.
Dada esta situación, refiere el documento, “el foco recae en los pagos de 2018, cuando el país debe desembolsar 3,5 millardos de dólares en bonos. El banco calcula que estos pagos serán menores al superávit de cuenta corriente para 2018, el cual se estima que alcance los 5,8 millardos de dólares”.
En opinión del banco de inversión, “el financiamiento necesario para cubrir el pago de los bonos emitidos bajo la ley de Nueva York continuará siendo limitado y estará dentro del alcance de las autoridades, incluso si esto requiere retrasar el pago de obligaciones con otros acreedores”.
Esto hace posible, y tal vez probable, apunta el estudio denominado El día Después, que en 2018 el gobierno pueda continuar priorizando el pago de bonos sobre otras obligaciones externas, con una necesidad limitada de apelar a fuentes adicionales de financiamiento o liquidación de activos.
Sin precedentes
El informe reveló además que “las importaciones reales, las ajustadas en función de los índices de precios de Estados Unidos, han llegado a su nivel más bajo de la historia: están 30 % por debajo del récord mínimo marcado en 1990”.
El comportamiento de las importaciones es medido por la firma a través del índice I-16, que se construye a partir de los datos oficiales de exportaciones emanados de los 16 principales socios comerciales de Venezuela, ante la ausencia de información oficial.
“Esta aguda caída genera preguntas en cuanto a la sostenibilidad intertemporal. Por un lado, puede que no sea fácil mantener los actuales niveles de producción con importaciones tan bajas, haciendo más probable una peor caída del Producto Interno Bruto (PIB)”, advierte la firma.
También resultará difícil mantener un bombeo estable si no se puede conservar el nivel de importaciones. “Otra preocupación es la capacidad política para mantener estos niveles”, acota. “Sin embargo, por los momentos, el gobierno ha podido mantenerse en el poder sin necesidad de revisar su estrategia de priorizar pago de deuda sobre importaciones».
Créditos: El Universal
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