Protocolos de seguridad que se debe tener en un inmueble u oficinas

Un reciente hecho delictivo, reportado en el distrito capital, nos debe llamar la atención sobre la necesidad de seguir los protocolos mínimos de seguridad, ya sea que estemos en un inmueble residencial o, como ocurrió en este caso, en uno destinado a labores administrativas.

Esto sucedió la semana pasada en un apartamento dedicado a uso de oficina en el cuarto piso de un edificio de la Avenida Urdaneta. En ese mismo edificio hay también inmuebles destinados a uso meramente residencial.

Debido a esta diversidad de usos, y a la ausencia de vigilancia adecuada, los tres sujetos armados pudieron subir hasta el nivel donde estaba este local y se hicieron pasar por clientes, con lo que no hubo mayor verificación de sus identidades.

Una vez adentro, los sujetos sometieron a los empleados y dueños de la oficina y se llevaron los teléfonos, computadoras y dinero en efectivo. todo con extremada rapidez.

Un primer asunto que se debe notar es que los delincuentes conocían las características de la oficina y del edificio donde funciona. De manera que pudieron aprovechar las vulnerabilidades del sistema de vigilancia, que a todas luces era casi inexistente.

La diversidad y los cambios en el uso de un edificio suelen representar problemas para la comunidad de usuarios, tanto para los que antes residían allí en el como para los que ahora lo utilizarán como oficina. A ambos sectores conviene establecer protocolos rígidos en cuanto al acceso y la permanencia de personas extrañas, así como también de sus vehículos.

Por otra parte, los propios dueños de los inmuebles, en especial los que son usados para oficinas, deben fijar sus propias normas de protección. una norma básica se refiere a la apertura y cierre de los espacios. a veces, por comodidad, se prefiere la apertura mediante controles remotos. Aunque esto facilita el funcionamiento de la oficina, a menudo relaja los controles de acceso y termina por permitir el paso de personas extrañas.

Esta situación se complica además si el mismo apartamento ahora es utilizado por ejemplo como centro de consulta donde convergen varios profesionales. En estos casos, todos los usuarios deben acatar los mismos protocolos, pero en Venezuela llegar a tales acuerdos a menudo es complicado.