“La economía colombiana, en mucho menos tiempo que la venezolana, se volvió petrodependiente. Por ello es que el presidente electo Gustavo Petro no la tiene fácil en su empeño de tomar la vía de la despetrolización de su economía”, afirma el economista Rafael Quiroz Serrano, quien realizó un análisis de la situación petrolera del vecino país a la luz de su nueva perspectiva política.
Rafael Quiroz empieza por destacar que en las últimas cuatro décadas el petróleo fue determinante en la sostenibilidad del sector externo y el financiamiento del Estado colombiano. “Sin el petróleo, Colombia -al igual que Venezuela- estaría mucho más atrasada y su desarrollo sería más lento”, recuerda.
¿Cuánto durarán las reservas colombianas?
Pero la situación de sus reservas es muy distinta a la venezolana. Las actuales reservas probadas podrían durar 7.5 años de mantenerse el ritmo de producción actual en torno a 750 MB/D.
“En su mejor momento la producción llegó a 1.035 MB/D en 2015, y alcanzó valores por encima de 1 MMB/D entre 2013 y 2015. Esta aceleración de la producción no fue acompañada por un ritmo acorde de reposición de reservas, lo cual ha venido comprometiendo la continuidad de la industria petrolera», alerta el economista.
Un incremento de la producción a los volúmenes previos a la pandemia de alrededor de 880.000 B/D, acortaría la duración de las reservas a solo escasos 6 años.
Futuro comprometido
Por eso, Rafael Quiroz estima un futuro comprometido:
“Colombia parece tener garantizado un futuro donde tendrá que desembolsar divisas para comprar hidrocarburos, con el agravante de que tales importaciones se harán bajo el imperio de altos costos, pues la era del petróleo barato ya le dijo adiós al mundo”, sostiene Quiroz.
Gustavo Petro ha manifestado su interés en poner fin a la economía extractivista, lo cual abarcaría también el carbón, dentro de una estrategia de desarrollo inscrita en una transición energética que descarbonice las actividades productivas. Petro quiere despedir las energías fósiles
Pero, Quiroz señala que los sectores petrolero y gasífero “son cruciales para la estabilidad macroeconómica de Colombia, por lo que es de gran relevancia lo que podría ser su destino”.
Observa que un presidente que se declara ambientalista ha puesto a Colombia frente a un gran dilema convertido en disputa política, entre la protección de la naturaleza y/o la protección de la productividad y el crecimiento económico.
Dependencia Petrolera
El economista aporta algunas realidades de Colombia para definir lo que para ella significa el petróleo:
-La inversión extranjera atraída por el sector extractivista está en torno a 33% de la inversión extranjera directa total del país.
-Las exportaciones de petróleo lideran el comercio internacional de Colombia, representando en 2021 un 32% del valor total, seguido por 12% de carbón y 7% de café, y más del 50% del ingreso de divisas vienen del petróleo.
Quiroz explica entonces las consecuencias económicas a las que se expone Colombia:
-La balanza comercial colombiana depende en un 56% del comercio generado por los hidrocarburos, por lo cual sin este aporte habría una crisis de balanza de pagos, y en consecuencia una crisis cambiaria.
Rechazo al fracking
Recuerda que con la llegada del nuevo gobierno se da por descontado que las pruebas sobre lutitas se van a paralizar por el rechazo de Petro al fracking, lo cual fue expresado muy claramente durante su campaña electoral.
“Ello pone en serios aprietos el futuro de la industria petrolera colombiana, ya que se tenían grandes esperanzas en aumentar las reservas petroleras”, señala Quiroz.
Gustavo Petro, ECP tendrá un rol protagonista en la transición. Permanecerá como patrimonio de los colombianos para garantizar los combustibles que el país requiere por los próximos 15 años, hará aportes en insumos y derivados para la petroquímica, apoyará integralmente la investigación, ciencia y desarrollo de tecnologías para la transición hacia energías limpias, y contribuirá con impuestos, regalías y dividendos al Estado.
Quiroz señala que el nuevo gobierno ha prometido respetar lo que se ha dejado firmado pero realizará un “desescalamiento gradual del modelo extractivista”, lo que implica reducir gradualmente la dependencia económica del país del petróleo y del carbón.
Cita su programa de Gobierno, que es drástico:
“Se prohibirán la exploración y explotación de yacimientos no convencionales. Se detendrán los proyectos piloto de fracking y el desarrollo de yacimientos costa afuera. No se otorgarán nuevas licencias para la exploración de hidrocarburos, ni se permitirá la gran minería a cielo abierto”.
El economista concluye que “la Colombia petrolera tiene sus años contados, sus reservas no dan para más, pero dependerá de su dirigencia y su gente el que remedien las endemias que le dejó la renta del petróleo”.
Nota de prensa.
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