En el Informe técnico de la FAO sobre el estado de los recursos pesqueros marinos mundiales (2025) se presenta una revisión exhaustiva de la situación y sostenibilidad de los recursos pesqueros marinos, con datos de captura hasta 2021 y evaluaciones de stocks actualizadas hasta 2024.
La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) publicó el Análisis del estado de los recursos pesqueros marinos (2025), en la que se ofrece una radiografía de la situación actual de la pesca marina mundial. Los hallazgos más relevantes de esta edición revelan un dato significativo: aunque aproximadamente dos tercios (64.5 %) de las poblaciones de peces marinos se mantienen en niveles biológicamente sostenibles, la sobreexplotación en el tercio restante persiste en regiones con capacidad institucional limitada.
La FAO ha proporcionado actualizaciones regulares del estado de los recursos pesqueros marinos desde principios de los años 70, con el objetivo de evaluar su sostenibilidad biológica y potencial de producción a largo plazo. El informe 2025 fue presentado en el marco de la Tercera Conferencia de las Naciones Unidas sobre los Océanos y enfatiza la importancia de mejorar la recopilación de datos y la implementación de enfoques científicos para garantizar una pesca sostenible que beneficie tanto a las personas como al planeta.
Un logro clave es la evaluación de 2 570 stocks desagregados, que ofrece una cobertura más representativa y de mayor resolución a nivel global y regional frente a los aproximadamente 450 stocks utilizados en anteriores evaluaciones de la FAO. En el contexto pesquero, se denomina stock a un grupo de individuos de la misma especie que mantiene su integridad como unidad administrativa para fines de gestión, generalmente delimitado por fronteras geográficas o criterios pesqueros específicos.
“El análisis del estado de los recursos pesqueros marinos mundiales evidencia que la disponibilidad de datos precisos y completos es la piedra angular para la formulación y aplicación de políticas eficaces,” señala el Sr. Alexis Bonte, Representante de la FAO en la República Bolivariana de Venezuela. «Esta edición constituye un importante esfuerzo internacional, con un enfoque más abierto y transparente en la evaluación de stocks pesqueros, a través de un proceso altamente participativo, descentralizado e inclusivo que reúne las contribuciones de más de 650 expertos de 92 países, diseñado para construir capacidad regional.»
La revisión incluyó estadísticas de captura hasta 2021 y evaluaciones de poblaciones actualizadas hasta 2023, incluyendo datos clave sobre atunes hasta 2024. Señala casos exitosos en el Pacífico Nororiental y el Antártico, donde las políticas rigurosas y la cooperación internacional han dado resultados positivos, mientras que regiones como el Mediterráneo y el Mar Negro muestran signos de recuperación.
Un enfoque riguroso para evaluar la sostenibilidad pesquera
Las áreas de pesca marina establecidas por la FAO se distribuyen geográficamente como grandes zonas definidas para fines estadísticos. La Organización ha establecido 17 áreas para facilitar la recopilación, análisis y comparación de datos pesqueros globales. Este sistema, desarrollado en la década de 1950, permite una gestión estructurada de información crítica sobre los recursos marinos. La delimitación de estas áreas responde a diversos factores como límites naturales, prácticas nacionales existentes, distribución de fauna acuática, condiciones ambientales y áreas de competencia de comisiones pesqueras regionales.
En el Análisis del estado de los recursos pesqueros marinos mundiales, la FAO ha introducido un sistema de clasificación escalonado en tres niveles que es más flexible, transparente y replicable, maximizando el uso de la información disponible. Las poblaciones de especies marinas se clasifican en un primer nivel, donde se ubican aquellas con evaluaciones formales y datos robustos; un segundo nivel, basado en modelos de producción con datos adicionales; y un tercer nivel, con datos limitados, cuyas evaluaciones solo pueden determinarse aplicando métodos y enfoques de ponderación.
Esta diferenciación no se había considerado en evaluaciones previas y evidencia lagunas en la información de algunas regiones. El informe subraya la necesidad de invertir más en la recopilación y evaluación de datos para garantizar la representatividad y la exhaustividad para futuras evaluaciones. La información se organiza en torno a la evaluación del estado de las poblaciones, las capturas estimadas por regiones y grupos de especies, y la metodología de evaluación. Esto permite guiar una pesca más sostenible y asegurar que haya alimentos marinos para todos a largo plazo
El informe también amplía su enfoque para abordar temas especiales como la situación global de los atunes y especies afines, las pesquerías de aguas profundas en áreas fuera de la jurisdicción nacional (ABNJ) y los tiburones altamente migratorios. Además, busca alinearse más estrechamente con otros procesos de monitoreo, incluyendo los informes nacionales para el indicador 14.4.1 de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) que mide la «proporción de poblaciones de peces cuyos niveles son biológicamente sostenibles». Este indicador es clave para el ODS 14 «Vida Submarina», que busca “conservar y utilizar sosteniblemente los océanos, los mares y los recursos marinos.”
El contexto pesquero regional
La República Bolivariana de Venezuela se encuentra en el Área Mayor de Pesca 31 de la FAO, conocida como el Atlántico Centro-Occidental, que abarca aproximadamente 14.7 millones de km² de áreas marinas y una plataforma continental estimada en 1.4 millones de km². Las pesquerías en el Área 31 se abordan desde la perspectiva de cuatro Grandes Ecosistemas Marinos (GEM): la Plataforma del Norte de Brasil, el Golfo de México, la Plataforma Continental del Sureste de los Estados Unidos y el Mar Caribe. El informe señala una tendencia general al alza en los desembarques desde 1950 hasta aproximadamente 1980-1990, con una estabilización o ligera disminución posterior.
Esta área presenta una notable heterogeneidad geográfica, ecológica, política, económica y cultural. Alberga la mayor diversidad de especies del Océano Atlántico y constituye un “punto crítico” global de biodiversidad marina, particularmente en el Mar Caribe. Su productividad varía considerablemente, con las zonas más productivas vinculadas a desembocaduras de ríos y sistemas de afloramiento, como ocurre en el Golfo de México y a lo largo de la plataforma nororiental de América del Sur, entre la que destaca las desembocaduras de los ríos Amazonas y Orinoco. El Área Mayor de Pesca 31 se ubica en el decimotercer lugar a nivel mundial en volumen de desembarques.
Las pesquerías del GEM del Mar Caribe son principalmente de pequeña escala, con sectores industriales y recreativos relativamente reducidos. Entre las especies objetivo de la pesca destacan las «Sardinas, arenques, anchoas» y «Atunes, bonitos, peces espada». En el Área 31, el número de stocks evaluados aumentó de 50 grupos de especies agregadas en evaluaciones previas a 103 stocks desagregados en 2021.
En el contexto de la pesca, poblaciones agregadas se refieren a un grupo de peces de la misma especie que se agrupan en una zona específica para reproducirse, alimentarse o protegerse. Estas agregaciones pueden variar en tamaño y duración, y son importantes para la dinámica poblacional y la gestión pesquera. Mientras que las poblaciones desagregadas están referidas a la subdivisión de unas especies de peces en grupos más pequeños y distintos, basados en características como la edad, el tamaño, la ubicación geográfica o la genética. Estas poblaciones desagregadas pueden tener dinámicas poblacionales diferentes y pueden responder de manera distinta a la pesca.
Entre los datos destacados del Área 31, se encuentran:
- Los peces pelágicos pequeños (arenques, sardinas y anchoas) representaron alrededor del 39.1 % de los desembarques totales en 2021 y en promedio el 44 % entre 1950 y 2021.Los stocks evaluados de invertebrados demersales de la plataforma continental en el Área 31 (que incluyen camarones y pulpos, pero también la concha reina o botuto) se consideran mayoritariamente pescados a un nivel máximo sostenible o subexplotados. A pesar de los resultados que arroja el análisis, para la República Bolivariana de Venezuela, un país dentro del Área 31, la situación del botuto o concha reina (Aliger gigas, también conocido como Lobatus gigas) es más compleja y preocupante: el botuto está clasificado como Vulnerable (V) en el «Libro Rojo de la Fauna Venezolana». Esta categorización se debe a que sus poblaciones están severamente reducidas y presentan varias extinciones locales, las densidades de la población siguen siendo bajas y se reporta como sobreexplotadas.
- La mayoría de los stocks de peces demersales de fondo (como corvinas, róbalos, pargos y meros) se encuentran en un intervalo de captura desde un nivel máximo sostenible hasta sobreexplotados, siendo la mayoría sobreexplotados.
- El sábalo del Golfo (Brevoortia patronus) se clasificó como subexplotado, mientras que la sardina común (Sardinella aurita) se clasificó como explotada al máximo sostenible. El análisis destaca que la República Bolivariana de Venezuela ha sido tradicionalmente el principal productor de la sardina común (Sardinella aurita) en el Atlántico Centro-Occidental, aportando más del 99 % del total de desembarques en 2021. La pesquería de esta especie en el país es una pesquería artesanal costera. La legislación nacional venezolana establece que los desembarques de sardina común son exclusivamente para consumo humano.
- Otras especies importantes en el Área 31 incluyen el atún aleta amarilla (Thunnus albacares), el camarón blanco (Penaeus setiferus) y los cangrejos (Callinectes spp.).
La revisión del estado de los recursos pesqueros marinos mundiales evidencia una evolución en la importancia relativa de diferentes recursos pesqueros y cambios en la dinámica de las pesquerías del Área 31: especies que históricamente fueron muy importantes, como la sardina del Atlántico (Brevoortia tyrannus) y la vieira calicó (Argopecten gibbus) ya no contribuyen significativamente a los desembarques. Por otro lado, especies que originalmente no se consideraban para la evaluación del estado de las pesquerías en la región han desarrollado pesquerías importantes a nivel regional, ejemplos de esto incluyen el pulpo común (Octopus vulgaris) y el pulpo de cuatro ojos mexicano (Octopus maya), así como los pepinos de mar.
Desafíos pesqueros en el Área 31
El Área 31 enfrenta numerosos desafíos en la gestión sostenible de sus recursos pesqueros. La naturaleza transfronteriza de muchas de sus pesquerías complica la aplicación de medidas efectivas de conservación, ya que requiere la coordinación entre múltiples países con diferentes capacidades institucionales, marcos regulatorios y prioridades socioeconómicas. El informe subraya la necesidad de una mayor y más eficiente cooperación internacional para mejorar el estado de los stocks en la región en el contexto de un enfoque ecosistémico de la gestión pesquera.
Entre los principales retos destacan la sobrepesca histórica de especies de alto valor comercial, especialmente en los grupos de peces demersales; la pesca ilegal, no declarada y no reglamentada (INDNR); y las deficiencias en los sistemas de monitoreo y recopilación de datos, particularmente, en las pesquerías artesanales que predominan en el Mar Caribe.
La resolución taxonómica de los datos de desembarques ha mejorado con los años, reduciendo el volumen de peces marinos no identificados (NEI). A pesar de las mejoras, la calidad de los datos de desembarques sigue variando entre países, especialmente para las pesquerías de pequeña escala y especies de menor valor.
Los impactos del cambio climático también representan una preocupación creciente, con alteraciones en los patrones de distribución de especies, la acidificación oceánica y el aumento de la frecuencia e intensidad de eventos meteorológicos extremos que afectan tanto a los ecosistemas marinos como a las comunidades pesqueras.
Especies exóticas invasoras en el contexto pesquero
Aunque el Análisis sobre el estado de los recursos pesqueros marinos mundiales (2025) de la FAO no menciona directamente las especies exóticas invasoras en el Área 31 (Atlántico Centro-Occidental), este tema representa una dimensión adicional crucial a considerar entre los desafíos pesqueros identificados en la región.
El contraste es notable con otras Áreas donde el informe sí cataloga explícitamente las especies exóticas o no nativas, como el pez león (Pterois miles) y el pez globo plateado (Lagocephalus sceleratus) como «especies prioritarias» con «preocupaciones de conservación», es decir, su presencia representa una amenaza o una preocupación significativa para la integridad ecológica y la sostenibilidad de los recursos pesqueros nativos y los ecosistemas en general, lo que las convierte en un elemento crítico a considerar en la gestión regional de todas las Áreas. Esta diferencia de resultados entre regiones no implica la ausencia de especies exóticas invasoras en el Caribe, sino posiblemente una brecha en la sistematización de datos específicos para nuestra región.
El proyecto “Fortalecimiento de la gestión para combatir las amenazas de las especies exóticas invasoras acuáticas en Venezuela” ejecutado por el Ministerio del Poder Popular para el Ecosocialismo, con asistencia técnica de la FAO y financiamiento del GEF podría complementar el análisis presentado, abordando esta laguna de información y fortaleciendo la gestión pesquera sostenible en el Área 31 mediante:
- La integración de datos sobre EEI en los sistemas de monitoreo pesquero venezolano, siguiendo el enfoque ecosistémico, que el informe recomienda para la gestión pesquera.
- El desarrollo de capacidades para la identificación, seguimiento y manejo de EEI en el contexto de la mejora en la recopilación de datos que el informe señala como necesaria.
- Generación de conocimiento sobre el comportamiento de las especies exóticas en el mar Caribe y su impacto sobre la pesca.
- La promoción de la cooperación internacional en la región para abordar la naturaleza transfronteriza tanto de las pesquerías como de las especies exóticas invasoras.
En última instancia, la sostenibilidad de los recursos marinos es intrínseca a la subsistencia humana. Las proteínas y micronutrientes esenciales que los animales acuáticos aportaron a al menos 3 200 millones de personas en 2021, junto con el sustento que el sector pesquero proporciona a 600 millones de personas, demuestran la importancia vital de estos ecosistemas. Este informe no es solo una «radiografía»; es un llamado urgente a la acción coordinada y basada en la ciencia para asegurar el futuro de nuestros océanos y de quienes dependen de ellos.
NOTA DE PRENSA