Leer La historia de Gabriel. Un niño disléxico (2019) es sentirse conmovido por un relato que más allá de lo útil y pedagógico que pueda resultar para quienes viven con dislexia o tengan hijos o familiares con esa condición.
El autor ha querido relatarnos su historia en el personaje de Gabriel, él nos cuenta en primera persona todo lo que aconteció desde que nació, su niñez y adolescencia. Un muchacho que crecía ignorante de lo que padecía.
Su madre fue una persona muy especial desde el momento del embarazo.
Ella buscaba un lugar cómodo y acogedor de nuestro humilde hogar, tomaba el libro de Gabriel José de la Concordia García Márquez y me relataba el realismo mágico de sus palabras. Pocos días antes de nacerme dijo: «Yo quiero que seas escritor y te llamaré Gabriel» (pág.13)
El autor, Jorge Rivero, ha querido contextualizar las etapas de la vida de Gabriel contando los acontecimientos en Venezuela que más captaron su atención: políticos, sociales, económicos, ocurridos en las décadas de los 70, 80 y 90.
Rivero comienza escribiendo desde la añoranza. En su Venezuela natal de 1973, transcurrirá el relato por la Caracas apacible de su niñez, aquella en la que todo era más sano e inocente. Los niños y jóvenes tenían mejor calidad de vida.
La historia de Gabriel. Un niño disléxico está dividido en 6 partes más un prólogo escrito por el juguetero Mario Calderón, su amigo, quien invita al lector a abordar la lectura sin prejuicios, desde la emoción “como lo hace un buen juguete con un niño o un adulto bien dispuesto a la ternura.”
El niño Gabriel José es honesto, sincero en sus emociones, aun a pesar de que sentía que algo no iba bien en él.
Después de un tiempo, llamaron a mi abuela, comentándole que yo no prestaba atención, que no estaba preparado para ir a primer grado. Yo pensé que no tendría mi franela blanca, que era lo que realmente me importaba. Vi cómo mi abuela peleó y discutió con la maestra. (pág.31)
Mientras iba creciendo, lo que en un comienzo fue catalogado de distracción, se transformó en un problema para su rendimiento en la escuela primaria.
Mis amigos se rieron y yo me sentí apenado. Sentía que no pertenecía a ese salón y que no era mi mundo, que tenía que afrontar cosas que no me gustaban y que si no las afrontaba estaría mal con las responsabilidades que asignaban en mi casa, ya que ese era el acuerdo con mis padres. Me esforzaba en entender, pero mi imaginación me vencía y me distraía. (pág.37)
Gabriel no era igual a los demás niños por más que se esforzara.
Yo solo veía que las letras de mis libros bailaban, se pegaban, se montaban unas encima de otras. Era imposible sacar una palabra de aquellos símbolos. Mi única aliada era la ventana, la cual observaba todos los días pidiendo a Dios que corriera el tiempo para ir a mi casa. (pág.39)
Personajes y hechos iban marcando sus años, maestras que lo maltrataron psicológicamente, compañeros de clase que lo despreciaron. Gabriel era un incomprendido, el fenómeno de la clase por no saber leer bien. Eso le acarreó burlas e insultos de los demás durante años.
Cada día yo sentía que no podía volver allí, que era una carga muy fuerte para mí. Explicaban algo y yo no podía entender y tampoco sabía cómo pedir ayuda ante esta terrible realidad. En algún momento, no solo no entendía, sino que muchos de mis amigos se alejaron. (pág.38)
Afortunadamente, el protagonista de la ordenada bitácora de su vida, encontraría un ángel, que lo haría entender su condición, la maestra Brenda.
—¿Cómo ver la vida desde otro punto de vista? No es nada grave. Yo te ayudaré a ver la vida. Esto puede ser difícil si uno no lo sabe manejar, pero una vez que lo entiendas todo lo manejarás a tu antojo. Dios te dio la dislexia para que veas otras formas de crecer. También te dio la inteligencia para poder superar esa dificultad. (pág.48)
El escritor da un importante aporte para quienes padecen de dislexia. Consejos que recibió y que lo ayudaron a asumir de la mejor manera posible su escolaridad y las riendas de su vida.
La idea es ayudar a los lectores de una forma generosa y desinteresada para que no pasen por lo que él pasó. Inclusive hay invaluables consejos sobre cómo escoger las lecturas para un niño disléxico.
Lo más interesante es que el niño tenga curiosidad y motivación por el mundo de las letras, por temas que le gusten, o dar una introducción al tema a tratar antes de leerlo, comentar la importancia que puede tener conocer el tema sobre el que va a leer, para tratar de crear un enganche de interés entre el libro a leer y el lector.” (pág.89)
El escritor Jorge Rivero en La historia de Gabriel. Un niño disléxico da útiles recomendaciones al personal docente. Con estas herramientas pudo salir airoso en su etapa de estudiante de secundaria. De primera mano enumera consejos necesarios para no sentirse fracasado.
Gabriel demostró ser un joven tenaz, comprometido con sus sueños, constante en la vida. Lo demostró en su deseo de estudiar Dibujo Técnico a pesar de las voces que le decían que desistiera. Con mucho esfuerzo y el apoyo de un diputado logró graduarse en el Liceo Fermín Toro.
—Campeón, es tu proyecto. Tú decides. Solo tú sabes, pero te repito que eso no es compatible con tu problema, con lo que hasta ahora has peleado y superado. Mi posición es que busques otra carrera más acorde a tus fortalezas y no más acorde a lo que se puede ver como tus debilidades. (pág.77)
Uno de los logros del protagonista fue cantar como solista en la coral de su institución, algo que le demandaría mucha preparación y el vencer los miedos y las inseguridades.
En su vida contó con el apoyo desinteresado y amoroso de su familia. Su padre “su superhéroe” y su madre, a pesar de sus escasos recursos económicos, fueron un pilar emocional para su crecimiento, desarrollo como adolescente y en la aceptación de su condición de disléxico.
—Gabriel, mi amor, tú dejaste ese niño atrás. Gabriel, el niño disléxico, está escondido en un nuevo Gabriel, un joven luchador, un joven que ve el futuro y ve las oportunidades en medio de las debilidades. No sé tu papá, pero yo estoy muy contenta. (pág.78-79)
La principal lección que nos deja la historia de Gabriel es que no hay impedimento, ni montaña, que te impida lograr tus metas. Con organización, dedicación y apoyo familiar y de profesionales y de las instituciones, ninguna meta es imposible.
El disléxico es una persona a la cual se le debe entender su diferente forma de ver la vida. Una vez que el disléxico entiende que necesita algunas herramientas, la vida comienza a tener un sentido más claro para él. (pág.62)
Creo que todos los jóvenes y adultos debemos dar una protección a las personas que puedan presentar este tipo de dificultad, ya que, de lo contrario, el resto de los alumnos pueden burlarse o crear bullying sobre él. De esta manera el estudiante disléxico vivirá un gran conflicto interno que bajará su autoestima, lo convertirá en una persona torpe y temerosa. (pág.86)
La historia de Gabriel. Un niño disléxico
Género: Paternidad para niños con necesidades especiales
Editorial : Morlis Books
Número de páginas : 154
Jorge Luis Rivero Contreras
Se graduó como bachiller en Dibujo Técnico en el liceo Fermín Toro, ingreso después en la Quinta Promoción de Policía Municipal de Chacao, donde trabajó durante nueve años, saliendo con la jerarquía de subinspector. Estando en la Policía, terminó la carrera de abogado en la Universidad Santa María y en esa misma universidad finalizó la especialización en Derecho Peral. Renunció a la Policía para trabajar en Amnistía Internacional Sección Venezuela, donde coordina a programa de Buenas Prácticas Policiales.
Aunque dejó este trabajo, continúa trabajando como colaborador permanente y asesor temas de seguridad. Ha seguido especializándose, en diferentes universidades alrededor del mundo. En la actualidad vive en Estados Unidos de Norteamérica.
Con información de Qué Leer
Lea también: Cuento “La rica del pueblo”, de Jaime Huertas Fernández