Siembra de maíz tuvo una disminución del 44% con respecto al ciclo de 2019

Foto: Pixabay

Este año el cultivo de maíz tuvo una disminución importante del 44% con respecto al 2019, pues en este ciclo-invierno la siembra del rubro amarillo y blanco alcanzó solo 112 mil hectáreas.

Los datos fueron ofrecidos en un informe presentado por la Sociedad Venezolana de Ingenieros Agrónomos y afines (SVIAA), producto del seguimiento y monitoreo de las áreas cultivadas en el ciclo productivo del período lluvioso.

En este ciclo de invierno, el más importante del país para los rubros de cereales (maíz, arroz), leguminosas (soya, frijol) y otros, las estimaciones con relación al 2019, fueron significativas para todos.

En el caso del arroz se cultivaron 37.500 ha lo equivale a 50% menos que el año pasado (2019),  (75.000 ha), con respecto a la soya y algodón se cultivaron la misma superficie del año pasado.

Por otra parte la palma aceitera disminuyó un 36% y finalmente el cultivo más afectado y menos resiliente ha sido el sorgo que prácticamente dejó de ser significativo para los estimados de superficie (7.600 hectáreas).

Cabe destacar que para la estimación de superficie sembrada se usaron las herramientas de monitoreo satelital determinando las áreas de cultivo.

En este sentido, la Sociedad encabezada por el ingeniero Saúl López, determinó que la disminución progresiva de la frontera agrícola en Venezuela es multifactorial.

«Pero indiscutiblemente uno de los factores que más ha afectado el sistema agroalimentario es la falta de financiamiento, considerando que apalancamiento financiero se hace necesario para todos los sectores económicos del país»

Asimismo, indicó que otros de los factores incidentes en el deterioro del sector ha sido que la cartera agrícola quedó reducida exclusivamente a financiar la comprar de semovientes en las unidades de producción dedicadas a la ganadería.

Por lo que recomiendó reactivar la cartera agrícola que cumpla la banca privada eliminando el encaje.

Igualmente, promover la creación de un banco de segundo nivel que reciba fondos de los organismos multilaterales para la ejecución de proyectos específicos por cadenas agroalimentarias.

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