La tecnología ya sustituye a los cocineros y ayudantes de cocina

El oficio de cocinero en un restaurante de comida rápida, así como el de ayudante, tendría ya los días contados. En San Francisco (California) se ha puesto en funcionamiento una máquina capaz de preparar una hamburguesa completa a un precio inferior de lo que cuesta montar un McDonalds.

La tecnología disruptiva cambia el mundo a pasos agigantados y amenaza con destruir millones de puestos de trabajo, un debate que está muy vivo en todas las instituciones internacionales, y uno de los principales motivos por los que se exige una renta básica.

La nueva máquina es capaz de preparar una hamburguesa exactamente tal y como la pide el cliente, con sus complementos y salsas incluidos. A través de 20 ordenadores, 250 sensores y otros 50 mecanismos es capaz de sazonar y freír la carne, tostar el pan, cortar los complementos (lechuga, tomate, pepinillos), preparar las salsas y en un tiempo récord, tan solo 5 minutos. Todo ello sin distracciones y sin salario. La hamburguesa ya se puede comprar en el establecimiento, que ofrece hasta cuatro tipos de este sándwich, por el módico precio de 6 dólares.

Para esta máquina han trabajado equipos de Tesla, Apple y la Nasa, reunidos por el fundador de esta idea, Alex Vardakostas, que asegura que su instalación es más barata que un McDonald’s. “Tengo claro que este tipo de robots serán cada vez más comunes en la cocina y además produce una hamburguesa de mayor calidad”, ha asegurado Vardakostas, que espera desarrollar la idea en otros estados de EE UU.

En cuanto al volumen y tamaño de este equipo, es muy similar al mostrador de una tienda de comida rápida, que suele ser la mitad que la propia cocina. El trato de los alimentos cumple con las normas sanitarias, en cuanto a la cadena de frío y conservación.

Google es uno de los inversores en esta idea, que ya ha obtenido 18 millones de financiación. Eso sí, el número de trabajadores del restaurante muestra la seria amenaza que es para el sector, ya que solo emplea a nueve personas.

 

Créditos: Intereconomia

 

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