“El tiempo no vuelve atrás, por lo tanto, planta tu jardín y adorna tu alma en vez de esperar que alguien te traiga flores.”
William Shakespeare
“Ser o no ser, esa es la cuestión. ¿Qué es más noble para el alma sufrir los golpes y las flechas de la injusta fortuna o tomar las armas contra un mar de adversidades y oponiéndose a ella, encontrar el fin? Morir, dormir… nada más; y con un sueño poder decir que acabamos con el sufrimiento del corazón y los mil choques que por naturaleza son herencia de la carne… Es un final piadosamente deseable. Morir, dormir, dormir…”
Ser o no ser, esa es la cuestión, la primera línea de un monologo de la obra de William Shakespeare Hamlet (escrita alrededor de 1600), en el acto tercero, escena primera. Considerada y usada como síntesis de los procesos mentales de indecisión y duda, es una de las citas más famosas de la literatura universal y la más conocida de esta obra en particular:
En el proceso de toma de decisiones siempre nos vamos a topar con situaciones difíciles o comprometidas en que hay varias posibilidades de actuación y no se sabe cuál de ellas escoger porque ambas son igualmente buenas o malas. Es decir, nos encontramos ante un dilema que en su mayoría es falso.
Para tomar una decisión debemos definir el problema al que nos estamos enfrentando, luego debemos analizarlo desde varios puntos de vista, evaluar las alternativas que tenemos, elegir la que más nos convenga y aplicar la decisión tomada.
En estos momentos las acciones y omisiones de las elites políticas nos están ubicando en el falso dilema de votar o no votar con argumentos maniqueos de que si se vota se legitima el gobierno y si no se hace, se está perdiendo la oportunidad de cambiar convirtiendo así al ciudadano, en el culpable de lo que seguramente sucederá el domingo 20 de mayo.
Democracia es votar, pero no es solo votar. Democracia es también que el gobierno y los ciudadanos respetemos la ley, los derechos de las minorías y sobre todo las formas de la democracia. Y por eso es que hay tanta gente que no se identifica y pone en duda la utilidad de estas votaciones.
Democracia es votar, pero no es solo votar. Democracia es también que las personas confíen en las instituciones que eligen. Por eso es tan corrosivo para la credibilidad de la democracia que quienes deben generar esa confianza no lo hagan, sino que por el contrario horadan sus cimientos para poder mantenerse en el poder.
Democracia es votar, pero no es solo votar. Democracia es también el respeto por las formas legales. Por eso es inadmisible convocar a elecciones violando la legitimidad de origen que da la Constitución, sin respetar los tiempos que garanticen la justa competencia, sin una participación equitativa de todos los actores políticos que adversan al gobierno.
Democracia es votar, pero no es solo votar. Democracia es también libertad de expresión y reunión, incluso para discrepar del propio acto electoral o del modelo de Estado. Y por eso es tan atentatorio a la libertad del individuo amenazar a quienes ejerciendo en libertad su derecho al voto hagan campaña para no hacerlo. La libertad de expresión no solo debe ser respetada por el Estado sino también debe serlo por quienes no compartan tu punto de vista, descalificarlos solo ensancha la brecha que ya tenemos entre nosotros los venezolanos.
Democracia es votar, pero no es solo votar. Es también hacerlo con garantías y normas claras. Hay partidos y dirigentes políticos que quedaron fuera, existen millones de venezolanos dentro y fuera del país que no pueden ejercer su derecho, si quisieran votar porque no se les permitió regularizar su situación.
Democracia es votar, pero no es solo votar. Debe garantizarse que la oferta electoral contenga todas las visiones de país, es responsabilidad del Estado fomentar y estimular la diversidad de la oferta electoral, para que aquellos que no están conformes con el modelo actual tengan también la oportunidad de participar con su voto. Debe haber variedad en la oferta al elector para que pueda elegir de verdad y cambiar su realidad.
Para el 20 mayo la oferta no entusiasma a gran parte de los electores ya que está diseñada para que nada cambie; por un lado, el presidente candidato se adversa así mismo, pues siendo su modelo el responsable de la debacle del país ofrece solucionarla con más populismo de izquierda radical. Por otro lado, existe otro candidato que quiere parecer de centro derecha pero que en el fondo lo que ofrece es más populismo de izquierda, pero de paltó y corbata. Hay un tercero que su oferta es lo que se puede llamar un populismo de izquierda religiosa, aunque sean excluyentes los términos.
Ninguno de los candidatos ofrece para el 87% de la población que estamos en pobreza un cambio del modelo, ninguno habla de cumplir la Constitución porque de hacerlo estarían hablando de descentralización, de libre mercado, que hay que negociar la deuda, que hay que aumentar la gasolina y los servicios públicos entre otras cosas.
Democracia es votar, pero no es solo votar. Democracia es también dialogar, fomentar la convivencia y gobernar para todos, no solo para los que votaron a favor.
Democracia no es solo votar, pero también es votar. La solución estable y definitiva para esta crisis de Estado pasa por las urnas electorales, pero en unas elecciones con el apoyo mayoritario de los venezolanos que instaure un pacto mínimo de gobernabilidad, o en su defecto por un acuerdo para convocar a una Asamblea Nacional Constituyente legitima que elabore una nueva constitución democrática, con garantías y normas claras.
En el final de Hamlet, este muere en una contienda amañada por una espada envenenada de manos de su hermano Laertes, pero este también recibe una herida con la espada adulterada. Antes de morir, el príncipe ve que su madre toma una bebida envenenada que era para él, y mata a Claudio el verdadero culpable del drama.
Plantemos nuestro jardín…