Uno de estos cambios tiene que ver con el incremento de las condiciones de oportunidad para el delito en los centros comerciales guarda una relación directa con la merma de los servicios de vigilancia, toda vez que los condominios que administran estas instalaciones han tenido que reducir los gastos.
Por ejemplo, el lunes 13 de julio, un joven que caminaba por el Centro Plaza en Los Palos Grandes, en Caracas, fue víctima de antisociales cuando circulaba por uno de los pasillos de tiendas.
En estos lugares, la disminución del número de vigilantes ha obligado a concentrar los pocos disponibles en apenas una porción del estacionamiento y en las entradas y salidas, precisamente para posibilitar una mejor supervisión de las actividades.
Por último, lo más recomendable en estas circunstancias es evitar la circulación sin compañía por los centros comerciales. La sola presencia de uno o más acompañantes junto a las potenciales víctimas es ya un elemento de disuasión.