La adopción de los criptoactivos estables, particularmente USDT (Tether), está ganando terreno rápidamente en Venezuela, integrándose en las estructuras económicas y financieras tanto de empresas como de individuos. Este token, que simula una moneda estable y es respaldado por colaterales que superan los $189 mil millones de dólares, se está consolidando como una alternativa para pagos y una protección contra la inflación y la devaluación del tipo de cambio.
A pesar de la creciente aceptación como medio de pago, el marco regulatorio y contable presenta desafíos. El economista Aaron Olmos señaló la existencia de una significativa incertidumbre en los sectores empresarial y fiscal. Aunque Venezuela posee normas para el registro de criptoactivos (definiéndolos como activos intangibles no monetarios), Olmos resalta que «no está claro» cómo se tratarán los impuestos por ganancias ni la correcta formalización del registro contable de estos activos, ya que aún no hay una ley que reglamente el uso detallado de las criptomonedas estables.
Ante este panorama, la transparencia de las plataformas, con la publicación de sus libros blancos y auditorías externas, se vuelve crucial para generar confianza. No obstante, la clave para una adopción exitosa reside en la educación. Olmos enfatiza la importancia de la alfabetización digital y la formación académica, celebrando iniciativas en universidades como la Católica Andrés Bello (UCAB), Metropolitana y el IESA que buscan la comprensión y uso correcto de estas tecnologías financieras por parte del sector empresarial y el público en general.
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