Las instituciones empresariales de la región trabajan en diversas propuestas, entre las cuales destaca el “Proyecto SemiYa”, que alcanzó el año pasado una cosecha de 1.300 sacos de semillas que fueron adquiridas por productores yaracuyanos, en 70%
Pablo Andrés Infante Iribarren, presidente de la Cámara de Comercio e Industria del estado Yaracuy, comparte su rol gremial con el de gerente general del “Proyecto SemiYa”, un programa agrario que lo obliga a quitarse su corbata para ponerse las botas de labriego, antes de adentrarse en el campo.
Infante egresó de la universidad Fermín Toro como administrador y después terminó sus estudios en el IESA donde obtuvo una maestría en Gerencia Pública. Se desempeñó en empresas como El Tunal y Toyota. Es comerciante y ahora combina sus funciones gerenciales con la actividad agrícola.
Héctor Bastida, presidente de la Asociación Civil Yaracuy Puede, es ingeniero químico con una exitosa carrera empresarial cuya trayectoria gremial data de 2013, como director y posterior presidente de la Cámara de Comercio yaracuyana.
Desde el 2019 con la participación del sector empresarial, toma las riendas de la asociación que se encarga de fomentar el desarrollo tecnológico de la entidad centro occidental.
El presidente de la Cámara de Comercio e Industria de Yaracuy ha orientado gran parte de la acción gremial de su directorio hacia la zona en la que el Proyecto mantiene sembradas 30 hectáreas de semillas de maíz blanco, una iniciativa que es supervisada por la Fundación Danac, institución creada por Empresas Polar para el fomento de la investigación agrícola y que en las redes sociales se encuentra como @fundacion_danac.
“La simbiosis entre empresarios y productores ha permitido reavivar áreas agrícolas abandonadas luego del ataque del Dragón Amarillo, una enfermedad que devastó 1.200 hectáreas de naranjales, hace tres años”, afirma Infante.
En 2019, la gente de “Proyecto SemiYa” logró la siembra de 30 hectáreas que resultaron altamente rentables para la deprimida economía regional. A finales de 2020, y a pesar de la pandemia, el programa podría terminar con 100 hectáreas del prometedor cultivo.
“Esto no se detiene. Estamos aquí de frente con los productores desarrollando en forma privada semillas para nuestro estado”, expresa Infante.
Para Héctor Bastida, ex presidente de la Cámara que ahora lidera el Plan Unificado Empresarial de Desarrollo Económico.
“Yaracuy Puede es un ejemplo que muestra al país que cuando se tienen las reglas claras se pueden alcanzar grandes resulta dos para que las empresas avancen; en nuestro caso, no solo en la producción agrícola de ciertos alimentos, sino también en infraestructura, tecnología y otros sectores”
Señala que en lo que se refiere a la producción de semilla certificada, los yaracuyanos han avanzado de manera acelerada; además del trabajo realizado con el rubro maíz, se adelantan investigaciones con Fundacaña para “mejorar la semilla de la caña de azúcar”.
Según Infante “Proyecto SemiYa” ocupa a más de cuarenta personas de manera directa y hasta doscientas indirectamente y, por lo pronto, tiene su desarrollo más importante en Durute, municipio Trinidad, de esta entidad.
“Todo se origina cuando el país pierde capacidad para importar semillas. La Fundación Danac, gracias a las investigaciones que adelanta al respecto, tiene a mano semillas genéticamente mejoradas que le son dadas a los desarrolladores del “Proyecto SemiYa”, que hacen lo que se denomina el cruce de los parentales que permite obtener simiente con condiciones aptas para ser sembrados por los productores”, asegura infante y agrega que en 2019, la cosecha alcanzó 1.300 sacos de semillas que fueron adquiridas por productores yaracuyanos, en 70%.
Al respecto, Bastida observa que los trabajadores del campo logran obtener, además, todo lo relativo a insecticidas, abonos y germicidas que permiten “traer al mundo” la mejor semilla de maíz blanco.
“Los resultados no se han hecho esperar. Tenemos mazorcas muy vigorosas con semillas de alto porcentaje de germinación”, dice el gerente general de Yaracuy Puede.
El objetivo es hacer de Yaracuy “el estado más avanzado en materia de agrotecnología”, una meta que cada día está más cerca gracias a los estudios que, de la mano del sector empresarial, buscan consolidar por ejemplo la “producción de aceite de aguacate”, señala Bastida.
La entidad federal cuenta con más de 2.000 hectáreas sembradas con este fruto exótico que goza de alta demanda en los mercados internacionales.
“Esto nos permitirá sentar las bases para proveer materia prima para sectores como la cosmetología, alimentos y medicinas”, agrega.
Revista Actualidad Empresarial, órgano divulgativo oficial de Fedecámaras producido por Ediciones LY, C.A.
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