Luego de los anuncios realizados por el presidente, Nicolás Maduro, el panorama económico en Venezuela se pone cada vez más cuesta arriba. Poniendo aún más por encima las estimaciones para el cierre de la inflación anual.
Entre las medidas resaltó el aumento salarial, sin embargo, fue poco representativo tomando en cuenta que la inflación acumulada supera el 70%. «Los salarios reales de la población promedio más bien están cayendo y eso se refleja en los porcentajes de ventas de diferentes segmentos y rubros de la economía», aseguró Jean Paul Leidenz, economista senior de la firma Ecoanalítica.
Indicó que esto se puede ver reflejado en sectores como las ventas de electrodomésticos, que han caído 80% durante el primer semestre, y en el rubro de las carnes rojas han tenido una caída cercana al 50%.
Leidenz señaló que tenemos un trabajador que es cada vez más pobre con una inflación que de ninguna manera se va a resolver con aumentos salariales. «El aumento salarial genera una indexación que motiva, al incrementar el costo en la nómina pública, a que se incremente el gasto público que últimamente han sido financiadas por impuestos inflacionarios», añadió.
El economista aseguró que los incrementos salariales están lejos de ser la solución y que, por el contrario, solo agravan la situación económica. Este efecto se refleja en el dramático aumento de precios en sectores como el alimenticio, donde se perciben aumentos hasta dos veces por semana.
«Lo más probable es que tengamos que actualizar una caída en el consumo más profunda al 15% y la razón es, fundamentalmente, que el gobierno tiene cerrados los mercados financieros internacionales y que tiene una increíble y poco comprensible voluntad de pago de la deuda externa», afirmó el vocero de Ecoanalítica, recalcando que es muy probable que el gobierno recorte importaciones y, en la medida en que se recorten importaciones a mecanismos oficiales, los bienes empezaran a ser adquiridos al dolar paralelo. Esto afianzando el incremento de la inflación en esos bienes, mayor aumento de precios y pasando a ser inaccesibles.
«En Ecoanalítica hasta este momento tenemos una inflación anualizada superior al 800%. Nosotros estamos esperando que este año cierre muy por encima del 1000% de inflación», indicó el economista, lo que superaría las expectativas de lo estimado por el Fondo Monetario Internacional.
Respecto a otra de las nuevas medidas anunciadas por el gobierno que refiere un mayor control de precios en aproximadamente 50 productos básicos, el vocero de Ecoanalítica afirmo que la fijación de precios es una mala idea en cualquier economía, especialmente en una al borde de la hiperinflación como la venezolana. «Cuando la inflación está por encima del 30% es muy poca la posibilidad de mantener los precios fijos, porque no solo es alta, sino que se acelera», expresó.
«Este año hemos visto que el gobierno ha relajado un poco los controles de precios, porque prefiere asumir el costo de una inflación que se refleje más elevada en los establecimientos formales a una escasez desbordada como la que teníamos el año pasado», añadió.
Asimismo, expresó que para declarar la presencia de hiperinflación en un país, se estima que la inflación debe llegar al 50% mensual. Si bien Venezuela no ha superado este umbral, sí se ha percibido estos niveles en ciertos rubros, principalmente alimenticios. «Lo más probable es que Venezuela ya este experimentando el fenómeno subyacente de una hiperinflación».
«Es poco probable que el gobierno tome medidas para evadir la hiperinflación. No se ve ninguna voluntad de ajuste fiscal o de los desequilibrios cambiarios monetarios que sufre el país y que nos están llevando a esta situación. Las políticas son bastante claras respecto a lo que hay que hacer, pero la disposición del gobierno a tomarlas es muy baja por la forma en la que está constituido . Llevar a cabo esos ajustes pondría en peligro su estabilidad política, entre grupos del mismo PSUV, y por eso resulta inviables llevarlas a la práctica», aseguró Leidhenz.
En términos de escasez de efectivo, señaló que se de combinan dos distorsiones fundamentales de la economía venezolana. Por un lado, esos billetes tienen que ser importados y hay escasez de divisas por los controles cambiarios absurdos y valores de tipos de cambios fijos que tenemos, entre ellos, Dipro. No hay divisas para importar esos billetes sin sacrificar importaciones subsidiadas. Por otra parte, es un proceso natural en procesos hiperinflacionarios que el billete se quede rezagado.
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