22% de los contenidos estudiados vía WhatsApp son desórdenes informativos

La investigadora y consultora en comunicación política, opinión pública y estrategia Iría Puyosa, informó que para el estudio «Desórdenes informativos en Venezuela en medio de la pandemia» hicieron un análisis de redes sociales y profundizaron en las comunidades, en los usuarios y las organizaciones que estaban detrás de la difusión de los contenidos y cómo lograban articularse y coordinarse para generar mayor influencia y mayor impacto.

Para ello se utilizaron tres metodologías de análisis, la primera fue análisis de contenido que explora los discursos que encontraron en la plataforma de WhatsApp; luego encontraron en otras plataformas como Twitter, Facebook y YouTube, el cual luego se hicieron investigaciones de fuentes abiertas para tratar de ubicar el origen de esos contenidos y como circulaban de una plataforma a otra.

“Rastreábamos si había estado primero en Facebook, en Twitter y cuál era el impacto de esa circulación”

Resultados 

Mientras tanto, la profesora María Fernanda Madriz, especificó que terminaron siendo 2.649 piezas, el cual 766 fueron piezas desinformativas con distintas modalidades.

El análisis del contenido también identificó dos formatos nativos de WhatsApp que fueron utilizados para la propagación de desórdenes: notas de audio y cadenas de texto

Puntualizó que como usuarios de WhatsApp los ciudadanos juegan un papel (de manera involuntaria) de desinformación porque amplían noticias que no son verificadas.

“Estas 766 piezas desinformativas incluyeron tres grandes grupos de temas, un grupo que se refería a tratamientos validados por la OMS, otros no validados. Este tipo de contenido se llama pseudociencia que está haciendo bastante daño en la circulación de las plataformas digitales”

La Profesora afirmó que también se detectaron materiales importante como las campañas, materiales educativos y muchísimo humor.

Asimismo durante un foro en el programa Tecnofinanzas, Andres Azpúrua, Director de @VeSinfiltro, comentó que las personas sienten que están haciendo un servicio público cuando en verdad le están haciendo un daño a su comunidad al compartir cualquier cantidad de información que les llega, “incluso, a veces al saber que capaz no son ciertas”.

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