La economista Karelys Abarca Cadevila, opinó respecto a la incidencia de la situación política del país sobre la economía, destacando que en el país no existe un proceso de dolarización, sino un resguardo del patrimonio neto de los ciudadanos en divisas.

En el programa «Mesa de Análisis» con «CEDICE Libertad», conducido por Andrés Guevara y Alicia Sepúlveda, la también profesora universitaria, explicó que ante las controversias suscitadas en la vida política del país y su efecto en el mercado paralelo, la ciudadanía  tiende a confundir el término económico «dolarización», el cual es un proceso en el que un país adopta de manera oficial o extraoficial el uso de la moneda estadounidense, que reemplaza automáticamente a la moneda nacional en las transacciones y se basa en la repartición de las reservas internacionales.

«Quiero acotar que la dolarización es un término técnico que se refiere a la repartición de las reservas internacionales de un país, y en Venezuela eso no existe. La gente únicamente hace las transacciones en dólares para resguardar su patrimonio, tal como ocurría en Cuba», acotó Abarca.

Por otra parte, respecto a la situación política del país, confirmó que «de acuerdo a la institucionalidad de los organismos que reconocen al presidente interino, pues ya se están canalizando el recurso de transición a la recuperación económica», y mientras no se defina la estabilidad política, seguirá la depreciación del tipo de cambio, la hiperinflación y escasez. «Lamentablemente, la economía va de la mano con la situación política», acotó.

En el marco del nuevo encaje legal a las instituciones financieras en un 60%, las consideró «fatales», debido a que al poner el dinero escaso para las instituciones financieras, automáticamente impacta en los precios. «El encaje legal pone en riesgo a las instituciones financieras llevándolas a una crisis de este tipo».

Consideró a su vez que el desenlace de la situación económica se sitúa en dos escenarios; el primero se puede resolver al estabilizarse el conflicto político, y el segundo, si no llega a resolverse el escenario, la hiperinflación puede llegar «hasta el infinito» y se incrementará la diáspora en el país. «Ningún país se construye con la expectativa de que todo va a estar peor», agregó.

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