Juan Crespo, presidente de la Federación Nacional de la Industria de la Harina (Fetraharina), manifestó que el sector ha estado denunciando constantemente la grave situación por la que está atravesando, debido a que el ejecutivo nacional no está ayudando en solventar la problemática. “Estamos mal con respecto a los inventarios de trigo, con el aparato industrial y además hay mucho desempleo. Ya no hay trigo como para abastecer el mercado nacional”.
Crespo, aclaró que para el último trimestre del año 2019 se concluyó que, con al menos 120 o 90 mil toneladas, se pudiese producir. “30 mil toneladas se puede traer en un barco, es decir, con 3 barcos nosotros lograríamos superar la crisis que nos está afectando a los molineros, las panificadoras industriales y las artesanales. Cerramos el año pasado con los inventarios en cero”. Además, agregó que actualmente de 14 molinos solo dos están en funcionamiento.
“El molino que está ubicado en Catia que tiene una capacidad instalada de 30 mil toneladas, es decir, de un barco mensual está totalmente paralizado desde julio, fueron las peores utilidades, vacaciones y el contrato se pulverizo. Ahora solo funcionan dos, uno está en Barquisimeto y otro en Yaracuy, sin embargo, esos no abastecen el mercado nacional”, explicó.
Asimismo, resaltó que la problemática con los molinos es la primera parte de toda la crisis por la que atraviesa la industria, ya que la segunda es que “el 26 de diciembre del 2019 el gobierno activó un decreto, donde abre la libre importación de alimento, causando ello que tengamos ahora una triste realidad, porque ahora muchos de los productos vienen de Turquía, Colombia, Uruguay, Rusia, entre otros. Acabaron con el aparato productivo y el mejor trigo que venía de Canadá y EEUU, ya no llega por las malas relaciones políticas”.
Del mismo modo, en el programa Informe Fedecámaras con Richard Fortunato, aseveró que la industria está tratando de “contrarrestar” la idea de muchos en cuanto a crear macro bodegones, ya que, así habría menos producción y más desempleos, además, que sin materia prima no se puede trabajar, vender ni pagar. “Queremos recuperar el sector y que no haya más desempleo. Estamos en una situación de emergencia, de crisis y muy complicada, porque solo quedan 8 mil panaderías artesanales en funcionamiento”, expresó.
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