La industria del calzado mantiene una paralización completa, por lo que estiman que al inicio del 2020 la capacidad instalada fue de apenas el 6%.
Así lo dijo Luigi Pisella, presidente de la Cámara Venezolana del Calzado y Componentes (Cavecal), quien recordó que para cierre del año pasado la industria cerró con un 12% de su capacidad instalada.
Enfatizó que por lo general las operaciones arrancaban a finales de febrero cuando se daba inicio a la pandemia del coronavirus.
Opinó que el sector del calzado debería pasar a ser un sector necesario dentro de los establecidos por el gobierno como “priorizados” debido a la función que tiene, pues explicó que por el tiempo los zapatos necesitan ser repuestos.
Mencionó además que, se han hecho campañas desde los gremios para flexibilizar de forma responsable la cuarentena a efectos de que la economía reabriese su actividad.
“Estamos en una realidad de que estamos fuera de producción, nos hizo daño de que se flexibilizara la cuarentena con la industria, pero el comercio no”
Por eso, indicó que proponen que se mantenga el 7×7 pero rotando el personal en un 50%, es decir, que se trabaja con la mitad del personal para que la empresa no se detenga.
Esta situación con la cadena de comercialización desactivada “no ayuda” a la industria, enfatizó Pisella.
Antes de la pandemia, el representante gremial comentó que la falta de poder adquisitivo restringido del consumo de calzado, ya tenía golpeado al sector.
“El país llegó hasta 0.5 pares por habitantes, es decir que un habitante tenía que esperar hasta dos años para comprarse un par de zapatos”
Asimismo, refirió que otra de las afectaciones al sector ha sido la importación “desleal”, donde los productos entrar sin pagar el arancel equivalente al 35% así como el pago del IVA.
“En cambio a nosotros nos sale un impuesto o nos los aumentan. Adicional a ello los servicios públicos”
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