Foto: El Estímulo

Durante las semanas de “flexibilización” a la cuarentena por el Covid-19 hemos visto cómo los parques públicos han reiniciado sus actividades. Pero, tenga cuidado debe tener en cuenta que las condiciones de seguridad han cambiado.

Uno de los espacios que ha reabierto sus puertas ha sido el Parque del Este, también llamado Francisco de Miranda. Allí es claro que durante los seis meses en que estuvo cerrado no hubo labores mínimas de mantenimiento.

El follaje ha crecido de manera ostensible, al punto que posibilita el escondite de personas que pretendan cometer alguna acción ilegal contra los usuarios.

En la cuarta semana de noviembre, nos enteramos de que un vehículo fue hurtado en el estacionamiento norte del parque, el único que actualmente está siendo utilizado por los visitantes, pues el estacionamiento este solo es ocupado por vehículos oficiales y gandolas para el transporte de agua potable.

En vista de la carencia de personal para llevar a cabo una vigilancia intensiva de los espacios, se decidió entregar un cartón sellado a los usuarios que lleguen en sus vehículos.

En la entrada, los empleados aconsejan al usuario no dejarlo en el vehículo mientras se está en el parque, pues lo utilizan como una suerte de constancia de propiedad.

Otro espacio muy visitado, incluso durante las semanas de cuarentena radical ha sido el Ávila.

Es lógico, pues las numerosas veredas que surcan el cerro caraqueño carecen de controles de acceso. Esto también lo saben los delincuentes, y se han recibido reportes sobre asaltos a personas que transitan solas o en pequeños grupos.

No es la primera vez que la situación de seguridad en El Ávila se deteriora. Esto guarda una relación directa con las condiciones de oportunidad para el delito en el famoso cerro.

Y en estos días, cuando los policías y militares están pendientes de las estaciones de servicio y el resguardo del orden público, los caminos de El Ávila permanecerán generalmente sin vigilancia.

Tome esta situación en cuenta a la hora de planificar sus sesiones de ejercitación y recreación, en especial cuando se acercan las festividades decembrinas y suele producirse un alza en los delitos contra la propiedad.