Con el avance de la crisis económica del país, no solo han ganado terreno los pagos en monedas extranjeras en efectivo, como dólares, euros, pesos colombianos y hasta reales brasileños. Ahora, se están abriendo ventanas de oportunidad para que esos pagos puedan ser hechos en comercios del país, en forma electrónica o a través de tarjetas de débito o crédito.

Esto abre la posibilidad de nuevos riesgos para los consumidores. En primer lugar, como se trata de un proceso algo caótico, con normas que se van haciendo sobre la marcha, pueden ocurrir situaciones en las que de repente el gobierno emita una prohibición que excluya una forma de pago con la que se contaba de antemano para realizar alguna operación.

Así sucedió el 9 de febrero, cuando la Superintendencia de Bancos prohibió el uso en comercios de puntos de venta que solo operen con tarjetas internacionales

Sin embargo, lo que más interesa no es el escenario ya descrito, sino algunos riesgos asociados a las prácticas que se han implantado en el país con el uso de las tarjetas de débito de la banca nacional

En primer lugar, existen riesgos físicos. Las personas que porten estos instrumentos de pago deben estar conscientes de que allí tienen una llave para acceder a sus cuentas en el extranjero, y eso representará un atractivo enorme para los delincuentes.

De la noche a la mañana podremos ver cómo se reactivan en el país los famosos paseos millonarios, en los que las víctimas eran llevadas por la fuerza para cajeros para hacer retiros masivos de dinero. Ahora, serán comercios cómplices de los secuestradores.

En segundo término, el cliente debe resguardar como nunca sus claves de acceso. En este programa hemos reiterado que la práctica de exigir las claves en los puntos de venta es ilegal, sino que también vociferarla sienta las bases para la victimización por fraude.

Bueno, si antes no le importaba perder algunos bolívares, tenga en cuenta que, con estos nuevos servicios, las pérdidas serán en divisas, más las comisiones por gasto.