Con el incremento de casos de contagio de Coronavirus en los últimos días, se radicalizó la flexibilización establecida por el Ejecutivo Nacional a principios de junio que había permitido reanudar actividades a 25 sectores económicos no priorizados.
Tales medidas llevó a que el sector privado considere que el gobierno venezolano “improvisa” ante la pandemia con lineamientos “espontáneos”.
Diversos representantes gremiales declararon no estar de acuerdo con el cierre económico o vehicular entre municipios y estados, si no se está haciendo nada para atender el sistema sanitario.
Según la Confederación Venezolana de Industriales (Conindustria), estas acciones sólo acelerarán el cierre definitivo de más empresas, al punto de proyectar el cese de más de 800 industrias del país para finales del 2020, mismas que ya no pueden soportar el paro económico.
De acuerdo con la opinión de Adán Celis, presidente de Conindustria, la realidad se torna muy difícil para que una empresa pueda arrancar de nuevo, ya que las grandes maquinarias son equipos que se diseñaron para el trabajo continuo y tras meses de paralización requerirán de mantenimiento.
Asimismo, el economista Luís Oliveros, señaló que el Producto Interno Bruto (PIB) ha caído en un 70% en los últimos años, y que tal radicalización de cuarentena solo profundizará la crisis económica que ya tiene 6 años continuos en recesión.
En este contexto, el presidente de Ecoanalítica, Asdrúbal Oliveros, manifestó que el Estado no tiene la capacidad de diseñar medidas de estímulo que permita a los venezolanos reducir el ritmo de actividades.
«El espacio fiscal para eso no existe, porque básicamente el poner más bolívares en la calle genera que se disparen los precios y el tipo de cambio”, expresó a través de su cuenta en Twitter.
