La tecnología puede transformar el liderazgo, por el bien de los empleados

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En un artículo anterior, El caso para ‘automatizar’ el liderazgo, describimos cómo los avances en análisis e inteligencia artificial han creado la capacidad de conectar, automatizar y mejorar prácticamente todos los aspectos de la vida. Hasta la fecha, estas maravillas han tenido un efecto limitado en nuestra vida laboral, donde las prácticas son a menudo demasiado engorrosas, demasiado distantes de la realidad y, sí, demasiado analógicas para permitir a los líderes actuar en un mundo cada vez más digitalizado.

En este momento, la tecnología disponible puede automatizar gran parte de lo que llamamos administración, brindando a los líderes más tiempo para conducir sus empresas. Esto es fundamental. A medida que la digitalización disrumpe a un ritmo cada vez mayor, los líderes tienen el desafío de anticipar con precisión los cambios en el entorno empresarial y hacer que sus organizaciones sean mucho más ágiles. Los líderes deben liberarse del trabajo de rutina para centrarse más en la transformación estratégica.

Una carrera digital descendente
Las organizaciones de hoy se enfrentan a una vorágine de tecnología. Internet de las cosas, automatización de procesos robóticos, impresión 3D, cadena de bloques, realidad aumentada y realidad virtual, todos prometen hacer las cosas de manera más rápida, económica y, gracias a la IA, de forma más autónoma.

Los ejecutivos no tienen otra opción que adoptar estas tecnologías lo más rápido posible. Cada mercado es una zona de guerra, plagada de intentos habilitados por la tecnología de evitar a los intermediarios, mercantilizar y derivar. Mientras tanto, los clientes, que ahora se enfrentan a una proliferación de opciones, esperan satisfacer sus necesidades de manera rápida, conveniente y al precio más bajo posible. Si una empresa no cumple con sus expectativas, llevarán su negocio a una que sí lo haga.

La tecnología siempre ha sido esencial para crear un mayor valor para el cliente a un costo menor. En la superficie, esto parece una fórmula infalible para el crecimiento rentable; pero, en la práctica, a las empresas a menudo les resulta difícil quedarse con las ganancias de sus avances digitales. La mayoría de los beneficios deben trasladarse a los clientes, como se requiere para seguir siendo competitivos. Además, muchos mercados están restringidos y, por lo tanto, no pueden compensar las inversiones en tecnología con un aumento de ingresos proporcional. Estas duras realidades pueden conducir a las empresas hacia una carrera digital descendente.

También existe una gran preocupación social sobre el futuro del trabajo a medida que la tecnología reemplaza a las personas y se pierden empleos. De hecho, parece más probable que cambie la naturaleza del trabajo, ya que la tecnología amplificará el potencial humano para producir niveles de eficiencia y eficacia sin precedentes.

El desafío para el liderazgo es implementar nuevas tecnologías de manera que no solo produzcan nuevas eficiencias, sino que también mejoren la creatividad, el ingenio y el juicio humanos. Mejorar el liderazgo con tecnología aumentará en gran medida la capacidad de los líderes para enfrentar ese desafío y así lograr una prosperidad real en el futuro.

Los equipos ágiles y un mínimo producto viable no son suficientes

Abrumados por la importancia de convertirse en una «organización digital», los líderes a menudo optan por crear equipos autónomos, y luego intentan crear espacio para que estos equipos innoven de manera efectiva.

Sin embargo, este enfoque puede limitar tanto el impacto inmediato como el éxito a largo plazo en un mundo digitalizado. Con gran parte de la organización sin cambios, puede ser extremadamente difícil implementar soluciones desconocidas a una escala significativa. Gran parte del talento humano de la organización sigue sin estar comprometido, lo que significa que su potencial de crecimiento y adaptación permanece en gran medida sin explotar.

Estas deficiencias pueden verse agravadas por la tendencia a aplicar análisis avanzados, IA y otras tecnologías donde sean más fáciles de implementar, con el objetivo de lograr rápidamente un mínimo producto viable. Con el tiempo, este enfoque puede ser una trampa, ya que es mucho más fácil encontrar algunas cosas que las nuevas tecnologías pueden hacer que identificar cómo obtener un valor duradero de ellas.

Uso de la tecnología para ampliar el conocimiento humano y el talento

Según la tarea en cuestión, las nuevas tecnologías, como el análisis y la inteligencia artificial, pueden ser inmensamente poderosas –o completamente inútiles. Navegar por las aguas inexploradas de las industrias en crisis requiere imaginación, juicio y un sentido de contexto de los cuales las máquinas son incapaces. Los humanos, en contraste, a menudo sobresalen en este tipo de pensamiento. Lamentablemente, la mayoría no tiene la información de la cual extraer conocimientos, ni la capacidad de poner sus ideas en acción.

La solución es utilizar las nuevas tecnologías para mejorar, no reemplazar, la actividad humana. El objetivo no es simplemente aplicar nuevas tecnologías, sino alinear de manera colectiva a las personas más ingeniosas para enfrentar los desafíos más desalentadores de la organización y perseguir las oportunidades comerciales más atractivas.

Esto requiere un replanteamiento sustancial de los equipos de liderazgo, que los alejen de la cima de la pirámide que distribuye instrucciones, para transformarse en una forma de liderazgo que dependa de los requerimientos o liderazgo como servicio. La tecnología potencia los sistemas integrados de liderazgo combinando las cualidades humanas en toda la organización en un único recurso, centrado en lo que más importa.

Créditos: Gestión

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