El Foro Interreligioso Social de Venezuela, instancia entre comunidades e instituciones religiosas y organizaciones basadas en la fe, expresó preocupación por la poca incidencia que el ingreso de la ayuda humanitaria ha tenido en la población venezolana, debido a la dimensión de la crisis que existe en el país.
A través de un comunicado, los líderes de la Iglesia Católica, la Comunidad Judía, el Consejo Evangélico de Venezuela, la Confederación Unicristiana de Venezuela y la Iglesia Anglicana; coincidieron en la necesidad de recoger el planteamiento y la preocupación de la Alta Comisionada de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, en el sentido de llamar la atención de las autoridades para que permitan el ingreso al país del Programa Mundial de Alimentos.
“Vemos con preocupación que el Estado venezolano no tiene hoy los recursos ni las capacidades requeridas para mitigar los efectos de estas privaciones que padece nuestro querido pueblo.
Si bien celebramos los esfuerzos humanitarios coordinados por agencias de Naciones Unidas y organizaciones humanitarias nacionales e internacionales, así como el reciente acuerdo firmado entre el Ministerio del Poder Popular para la Salud, la Asamblea Nacional y la Organización Panamericana de la Salud, resaltamos que son aún muy insuficientes dada la severidad de la emergencia que atraviesa nuestra población”
se señala en el documento.
Indicaron que más de 9,3 millones de personas se encuentran en situación de inseguridad alimentaria aguda en el país, de acuerdo con un estudio del propio Programa Mundial de Alimentos y alrededor de 17 millones de venezolanos ya estaban, en marzo de 2019, implementando estrategias de supervivencia y en riesgo de entrar en inseguridad alimentaria aguda.
Lo anterior, aunado a la presencia de la COVID-19 y la escalada en el aumento de los contagios, colocan al país y a sus ciudadanos en condiciones realmente dramáticas en términos de indefensión y vulnerabilidad.
Esta situación, que ha encendido las alarmas de las organizaciones sociales y de defensa de los derechos humanos además de la comunidad internacional que sigue el proceso de la crisis humanitaria compleja, ha sido alertada en estudios, reportes e informes como el Reporte Global de Crisis Alimentarias 2020, el Informe sobre Seguridad Alimentaria bajo la Pandemia de la COVID-19, realizado por la FAO y la CELAC, los estudios realizados por el Instituto Europeo de Paz y la reciente encuesta ENCOVI, adelantada por investigadores de la Universidad Católica Andrés Bello.
“Lo que internacionalmente se conoce como una “emergencia humanitaria compleja”, ahora agravada por la pandemia, ha dejado como consecuencias inevitables, entre otras, privaciones en los derechos a la salud, la alimentación, la educación, los medios de vida, la seguridad y el acceso a servicios básicos”, expresaron los religiosos, quienes reiteraron el llamado “sin dilaciones” a todos los actores políticos y gubernamentales a trascender las posturas y a poner al país en primer lugar en la agenda.
Lea a continuación el documento de exhortación del Foro Interreligioso Social de Venezuela
MENSAJE DEL FORO INTERRELIGIOSO SOCIAL DE VENEZUELA:
Urge autorizar el acceso del Programa Mundial de Alimentos a Venezuela
Desde hace al menos cuatro años, nuestro país está atravesando por lo que internacionalmente se conoce como una “emergencia humanitaria compleja”, ahora agravada por la pandemia, que ha dejado como consecuencias inevitables, entre otras, privaciones en los derechos a la salud, la alimentación, la educación, los medios de vida, la seguridad y el acceso a servicios básicos.
Desde el Foro Interreligioso Social de Venezuela vemos con preocupación que el Estado venezolano no tiene hoy los recursos ni las capacidades requeridas para mitigar los efectos de estas privaciones que padece nuestro querido pueblo. Si bien celebramos los esfuerzos humanitarios coordinados por agencias de Naciones Unidas y organizaciones humanitarias nacionales e internacionales, así como el reciente acuerdo firmado entre el Ministerio del Poder Popular para la Salud, la Asamblea Nacional y la Organización Panamericana de la Salud, resaltamos que son aún muy insuficientes dada la severidad de la emergencia que atraviesa nuestra población.
El estudio que el Programa Mundial de Alimentos llevó a cabo en Venezuela entre julio y septiembre de 2019 indicó que 9,3 millones de personas estaban en situación de inseguridad alimentaria aguda y que 17 millones más estaban implementando estrategias de supervivencia, ya en aquel momento. La pandemia del coronavirus podría llevar también a estas últimas a la inseguridad alimentaria y a condiciones de vida de severa precariedad, tal y como también alertan el Reporte Global de Crisis Alimentarias 2020, el Informe sobre Seguridad Alimentaria bajo la Pandemia de la COVID-19, realizado por la FAO y la CELAC, los estudios realizados por el Instituto Europeo de Paz y la reciente encuesta ENCOVI. Al mismo tiempo El boletín de Desnutrición infantil de Caritas de Venezuela señala que, en abril de 2020, la desnutrición aguda global alcanzó un 17,3%, lo que representa un aumento de 8,4 % comparado con enero de ese mismo año.
Por las razones expuestas el Foro Interreligioso Social de Venezuela, asumiendo nuestro rol espiritual y profético, junto a diversos actores sociales y haciéndonos eco del llamado de la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, quien en su Informe del 2 de julio de 2020 recomendó́ al Estado venezolano facilitar “el acceso del Programa Mundial de Alimentos”, hacemos un llamado responsable al Estado venezolano para que apoye y promueva el ingreso a Venezuela del Programa Mundial de Alimentos – con sus múltiples capacidades de apoyo (programas alimentarios, asistencia a niños, transferencias de efectivo, apoyo a productores, logística), en coordinación con órganos del Estado en sus distintos niveles, con la participación de actores humanitarios locales e internacionales, sector agro-productivo y otros actores clave – a fin de favorecer a la población más vulnerable en el marco de la aguda crisis que se ha visto ampliada y profundizada por la pandemia de la Covid-19.
Exhortamos a la comunidad internacional de donantes a continuar apoyando los esfuerzos de cooperación, sin los cuales se hace prácticamente inviable ofrecer las respuestas urgentes y necesarias para brindar asistencia a las personas más vulnerables, salvar vidas y evitar más sufrimiento.
Invitamos de igual manera a todos los actores relevantes a favorecer la mutua comprensión y apoyo entre todos los venezolanos. Tenemos una responsabilidad colectiva de encontrar soluciones duraderas y de elaborar las propuestas desde el país que tenemos, reconociendo sus clamores y demandas. La preocupante situación de nuestra población exige de nosotros, del Estado venezolano y de todas las organizaciones e instituciones sociales, económicas y políticas, adoptar con urgencia medidas de acompañamiento para superar sus condiciones de vulnerabilidad.
La presencia del coronavirus en Venezuela y sus efectos en una población que, en su gran mayoría, vive en condiciones precarias, nos obliga a actuar sin dilación. De no hacerlo, en poco tiempo podríamos estar en presencia de niveles inimaginables de pérdida de vidas y de sufrimiento humano. Actuemos juntos desde el amor y el deseo de paz.
En Caracas, a los 21 días del mes de julio de 2020
Foro Interreligioso Social de Venezuela
Conferencia Episcopal de Venezuela | |
Mons. José Trinidad Fernández | |
Comunidad Judía | |
Rabino Isaac Cohen | |
Consejo Evangélico de Venezuela | |
Pastor Javier Chacón Pastor José Piñero Pastor Nelson Sevilla Pastor César Mermejo | |
Confederación Unicristiana de Venezuela, | |
Apóstol Elías Rincón Pastor Carlos Vielma | |
Iglesia Anglicana | |
Reverendo José Francisco Salazar | |
[email protected] |
“Tenemos una responsabilidad colectiva de encontrar soluciones duraderas y de elaborar las propuestas desde el país que tenemos, reconociendo sus clamores y demandas. La preocupante situación de nuestra población exige de nosotros, del Estado venezolano y de todas las organizaciones e instituciones sociales, económicas y políticas, adoptar con urgencia medidas de acompañamiento para superar sus condiciones de vulnerabilidad.”, concluyeron.
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