Posterior a la instalación de la Asamblea Nacional Constituyente (ANC), el país continúa sumergido en una incertidumbre política que deja a la “gente sin piso”, expresó Víctor Maldonado, analista político y organizacional y director ejecutivo de la Cámara de Comercio de Caracas.
“Cuando se plantea la Constituyente, se plantea un régimen de dos años de absoluta arbitrariedad porque todos los poderes públicos se subordinan a una asamblea que todavía no tiene plan de desarrollo (…) Por lo que hemos visto, ese plan significa tomar por la fuerza los poderes públicos, destituir a alcaldes y mandarlos presos, en fin, una agenda política muy complicada”, manifestó.
Además, la ANC “significa una confiscación progresiva de garantías y libertades republicanas”, aseveró el analista político.
En relación a las elecciones regionales, Maldonado considera que se realizaran en un escenario que solo gana el gobierno, “porque gana tiempo y legitimidad”. Revisar esos comicios sin considerar el marco Constituyente es un error porque no conducen a ningún lado y sostuvo que, “no son elecciones libres y no hay ninguna garantía de que se respeten los resultados (…) El juego del gobierno va ser hacer las elecciones a la medida de sus necesidades”.
Maldonado no cree que sea el momento de una negociación o si la estrategia debería pautar un proceso de “mayor acumulación de fuerzas, mayor desafío ciudadano y mayor acumulación de activos”.
Como Director Ejecutivo de la Cámara de Comercio de Caracas, dijo que la economía venezolana ha perdido uno de sus presupuestos fundamentales, que es “la capacidad de cálculo económico porque no hay forma de fijar precios en una economía sometida a tanta turbulencia”.
“Si el gobierno no resuelve el atajo productivo, las importaciones, no termine de salir de su enfoque de control de cambio, entonces no hay comercio posible, (…) si a eso le sumamos el intervencionismo y la amenaza de la Constituyente, vamos a tener un incremento del cierre de comercios, de la caída del PIB y de eso se sufre que es desempleo, hambre, empobrecimiento”, aseguró.
Asimismo, aseveró que un 30 % de los negocios que quedan está pensando cerrar, aunque pensar no significa decidir, pero “ya empieza a tener sentido la duda de seguir en esta lógica que es desquiciante”.
“No hay confianza en un país en el cual no hay derecho de propiedad y libertades garantizadas”, culminó.
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