Valley Bank
Imagen de cortesía

El SVB, fundado en 1983 en la localidad californiana de Santa Clara, no es una entidad tradicional. Casi desde su creación, la firma se convirtió en la favorita del pujante sector tecnológico estadounidense y se especializó en atender a empresas emergentes y a las firmas de capital de riesgo que las financian.

El pasado viernes 10 de marzo se ha dado a conocer que las acciones de Silicon Valley Bank (SVB) se desplomaron debido a sus recientes problemas financieros, despertando así el temor en el sector de startups tecnológicas, no solo de Estados Unidos, sino también alrededor del mundo.

El colapso de la entidad americana se considera la mayor quiebra bancaria desde la Gran Recesión y una de las quiebras más significativas en la historia de Estados Unidos.

Silicon Valley (SVB), es una institución que tenía como clientes a muchas de las empresas emergentes y firmas de inversión más conocidas de la industria de la tecnología. También es verdad que el fracaso del banco tendrá un efecto multiplicador en todo el sector tecnológico.

Lo que ocasionó el derrumbe de Silicon Valley Bank no fueron los préstamos a empresas emergentes riesgosas, ni las apuestas por criptomonedas poco confiables, ni cualquier otro esquema tecnológico poco meditado. Fue un clásico pánico bancario (también conocido como corrida bancaria), detonado ya en 2021 por una serie de malas decisiones.

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