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Los 28 nuevos educadores se formaron gracias a una beca completa, otorgada por la UCAB, que les permitió formalizar su vocación por la enseñanza.  Carlos Calatrava, director de la Escuela de Educación, destacó la importancia de seguir preparando a los futuros maestros para atender la crisis del sector.

Desde 1984, el país vive una crisis docente: la demanda de maestros supera al número de profesionales activos.  Esta realidad se ha acentuado en el último quinquenio, por lo que, en 2018, la Compañía de Jesús en Venezuela decidió apoyar programas formativos de educadores que contribuyeran a enfrentar esa problemática. La UCAB, particularmente la Escuela de Educación, se vio beneficiada y así nació el programa de becas Educa 20-20. Gracias a esto, más de 70 bachilleres pudieron estudiar la carrera de Educación en las sedes de Caracas y Guayana.

En julio próximo, los primeros 28 jóvenes integrantes de esta iniciativa verán culminado su esfuerzo y recibirán sus títulos de licenciados en Educación: 18 en mención Ciencias Pedagógicas, 9 de Educación Inicial y una de Biología y Química.

Para Carlos Calatrava, director de la Escuela de Educación, este grado significa la unión de diferentes esfuerzos al mismo tiempo: la UCAB, la Compañía de Jesús en Venezuela, el Centro de Reflexión de Políticas y Planificación Educativa (CERPE), Fe y Alegría, la Asociación Venezolana de Educación Católica (AVEC) y la organización Bastión.

«Estamos muy contentos con ellos. Fueron todos muy buenos estudiantes que levantaron los promedios de la Escuela. Son un grupo, como todo ucabista, con buen sentido de pertenencia en su universidad y buen compromiso con el otro (incluso en términos comunitarios). Los ‘Educa’ nos ayudaron a convencernos de que en Venezuela nada está perdido y que nos toca hacer todos los esfuerzos posibles para que la única limitante para estudiar educación sea el interés y la vocación».

Como parte del convenio por el que fueron becados, los alumnos desarrollaron, durante toda la carrera, trabajo comunitario en planteles públicos. Una vez egresados y con el fin de retribuir lo aprendido, los jóvenes deberán trabajar, al menos durante un año, dando clases en alguna institución venezolana, preferiblemente perteneciente a la red de la Asociación Venezolana de Educación Católica (AVEC).

«Si usted recibió el beneficio, el apoyo, el acompañamiento, hizo todo lo que tenía qué hacer dentro de la UCAB, ahora como profesional tiene que hacer su tarea: demostrar que sirvió de algo el recorrido que hizo por aquí», puntualizó el director de la Escuela de Educación.

Más de 300 bachilleres de todo el país se postularon como aspirantes a Educa-2020; el proceso de selección supuso la realización de entrevistas vocacionales y la presentación de una prueba de admisión. Al final, 100 estudiantes (divididos en dos períodos semestrales distintos) iniciaron su formación, de los cuales, 70% se mantuvo en las aulas y culminó el proceso, mientras 30% se retiró por diferentes motivos.

En conversación con El Ucabista, cinco graduandos del programa comentaron sobre su paso por la universidad: todos coincidieron en la excelencia académica de sus profesores, antes y durante la pandemia, y agradecieron a la UCAB  por la oportunidad. También resaltaron la importancia de haber participado en iniciativas sociales y comunitarias mientras estudiaron.

Según el Diagnóstico Educativo de Venezuela -estudio realizado por varias organizaciones, entre ellas la UCAB- entre 2018 y 2021 las escuelas y liceos venezolanos perdieron 166 mil maestros, 25% de la plantilla total a nivel nacional.

Sin embargo, el director de la Escuela de Educación recordó que la crisis docente comenzó en el año 1984, cuando el número de profesionales egresados ya era inferior al de los jubilados: «Llevamos 40 años de crisis, aunque hubo momentos en que esto no se sentía tanto. Pero en 2007 se comenzaban a ver que los parchos creados ya no estaban funcionando, había un déficit evidente de docentes».

Calatrava señaló que la situación va más allá. Resaltó una «anticampaña permanente» por parte de las redes sociales, la sociedad, la familia e incluso los profesores de bachillerato que frustra la vocación de los jóvenes que quieren ser maestros. «Es una peleíta que hay que dar, estamos abordándola por mil frentes», dijo.

Como algo positivo, Calatrava mencionó que el número de matriculados en la Universidad Pedagógica Experimental Libertador (UPEL) ha aumentado. Esto lo llena de esperanza «porque esos coletazos, históricamente, nos han beneficiado a todas las escuelas de educación».

El docente también considera esperanzador el ímpetu y entusiasmo con el que saldrán a la calle los muchachos de Educa 20-20.

«El mensaje es claro: si tú quieres que Venezuela sea un país en democracia, vivir en libertad, construir opciones y oportunidades para todos, y sí tú quieres que tu voz se escuche y que resuene, tu camino es estudiar Educación. Los educadores venezolanos somos el muro de contención contra todo tipo de tiranía».

Frente al complejo contexto y el futuro que les espera, Calatrava les dijo dos cosas a los nuevos maestros ucabistas: «Gracias por estar con nosotros, por permitir que los acompañáramos, y por haberse dado la oportunidad de construir su destino en nuestras manos. Lo segundo, nunca se olviden de ser agradecidos: con ustedes, pero también con su escuela, su universidad y con las instituciones y personas que hicieron esto posible desde el primer minuto», finalizó.

Texto: Grace Lafontant 


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