Ford podría cerrar algunas plantas de automóviles en Estados Unidos, si no reciben los motores producidos en México. 

Según informó el embajador estadounidense en el país latinoamericano, Christopher Landau, la producción puede detenerse en menos de una semana.

Todos los componentes son ensamblados en el norteño estado Chihuahua, donde el gobernador ha «limitado al 50% la capacidad industrial» por el coronavirus.

México es una parte clave de una cadena de suministro internacional más amplia, crucial para los fabricantes estadounidenses de vehículos.

Diversas marcas operan fábricas del lado mexicano de la frontera, debido a los menores costos laborales.

El gobierno estadounidense clasificó a las empresas automotrices, mineras y constructoras como actividades esenciales, y les dio luz verde para reiniciar operaciones en México desde fines de mayo.

Ford aseguró más tarde, en un comunicado, que la producción restringida en su planta de Chihuahua «no es sostenible».

En mayo, cuando México señaló que retrasaría la reapertura de sus fábricas, las autoridades dijeron que sus contrapartes estadounidenses presionaron por un rápido retorno.

Con nformación de Voz de America


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