Tras varios años ejerciendo en los fogones de su propio local en Baltimore, Estados Unidos, el cocinero Federico Tischler, expresó la necesidad de generar un trabajo con la Academia Venezolana de Gastronomía, universidades, escuelas de nutrición y de cocina para divulgar valores culturales a través de la alimentación,
“Hay un desgaste a nivel social, económico y cultural y, evidentemente, la gastronomía lo sufre (…) Debemos generar conciencia real de mercado, exigir mejor calidad y conocimiento del origen de cada producto”, aseguró
A finales de los 90, cuando apenas se empezaba a mostrar la cocina venezolana, se proponía platos que combinaban caraotas con casabe o suero picante con técnicas refinadas y exquisita presentación para elevar el nivel de ingredientes que solo parecían humildes.
“Aparte de enseñar a cocinar, quería enseñar a tener criterio y que esa formación generase investigación”. Señaló.
Tischler espera que ese nuevo proyecto refleje el proceso migratorio a Venezuela, desde Europa y Suramérica, periplo vivido por su familia y por él mismo en una interacción que genere la conciencia que necesita el país.
“Recibir el premio Armando Scanonne estando fuera del país, es un orgullo doble” afirma, quien ha dedicado más de cuatro años al proyecto de las arepas en el exterior.
Lea también: Krön trae al mercado nuevas gotas de chocolate