La pandemia del Covid-19 ha generado una situación sin precedentes que ha paralizado a los países y afectado a sus economías y a todos sus habitantes, situación que se agrava aún más en América Latina y que nos obliga a trabajar de manera conjunta para superarla. La innovación, la solidaridad, la cooperación y el multilateralismo serán los pilares principales para salir de la crisis.

La velocidad del cambio tecnológico, con ciclos de vida de productos, servicios y modelos de negocio cada vez más cortos, obliga a las empresas a estar a la vanguardia en innovación para sobrevivir y mantener su liderazgo.

Así, este ámbito, a través de las nuevas tecnologías, se ha convertido en un elemento estratégico y en uno de los sectores de mayor empuje para todas las economías iberoamericanas por sus efectos directos en los niveles de empleo y bienestar de la sociedad, la productividad, y la competitividad, e implicando a Administraciones Públicas, ciudadanos y empresas.

Frente a la crisis económica derivada del COVID, el espacio iberoamericano se encuentra ante una oportunidad histórica de modernizar su economía a través de la innovación abierta. Un fenómeno de interconexión entre grandes y pequeñas empresas que es ya una realidad en la mayoría de los países de la Región, gracias a su doble beneficio para el entramado productivo.

Por un lado, la gran empresa se nutre de la dinámica emprendedora y la fluidez de la innovación; mientras que, por el otro, el talento emprendedor y las startups logran la posibilidad de adquirir escala y volumen de negocio, una de las grandes barreras para el ecosistema emprendedor de la Región.

Ante este nuevo paradigma, la innovación es una oportunidad para los países iberoamericanos de ganar en productividad, acortar la brecha tecnológica y fomentar la interacción entre los stakeholders de la región. Factores que permitirán establecer relaciones de mutuo beneficio gracias al surgimiento de plataformas de colaboración interregional, un proceso que está estrechamente relacionado con las cadenas regionales de valor que se están configurando como respuesta a los efectos de la pandemia.

Y es que, para contribuir a la Agenda 2030 y los Objetivos de Desarrollo Sostenible la innovación no sólo debe ser tecnológica sino también social, tiene que ser inclusiva y generar un crecimiento global, para que las cadenas de valor sean sostenibles.

La innovación abierta es un nuevo paradigma de la colaboración entre empresas que multiplica su importancia en el contexto de la crisis producto de la pandemia que reconfigura las cadenas globales de valor presentando riesgos y oportunidades.

Se trata de una herramienta práctica para incubar proveedores e identificar oportunidades en los eslabones. La velocidad del cambio tecnológico, con ciclos de vida de productos, servicios y modelos de negocios cada vez más cortos, obliga a las empresas a correr la carrera de la innovación para sobrevivir y mantener su liderazgo ¿Cuáles son las fortalezas del ecosistema emprendedor iberoamericano para potenciar el talento de nuestras empresas?

Nota de prensa

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