OPINIÓN| ¿Cómo tener empresas livianas, veloces y flexibles?

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Waldo Negrón

“Esta pandemia nos está llevando a la quiebra”.

“Me tienen estresado tantos cambios y me cuesta mucho trabajar por las redes sociales. Tampoco me resulta fácil el llamado “delivery” porque no tengo flota para despachos”

“Mi empresa no puede aplicar el trabajo en casa, ni menos aún cambiar sus procedimientos. Tenemos practicas operativas establecidas, desde hace tiempo”.

Estas expresiones, y otras de corte similar, se hacen con frecuencia los industriales, comerciantes, empresarios de todo tipo y líderes de negocios y actividades empresariales del mundo entero.

¿Cómo adaptar las organizaciones, instituciones y empresas a las exigencias actuales?

El reto actual es lograr que las empresas y organizaciones respondan oportunamente, que sepan adaptares a los cambios, que atiendan a las expectativas de sus clientes, que sepan actualizarse e incorporar las nuevas tecnologías, incluyendo el sabio uso de la cultura digital y las redes sociales. Es decir, tener empresas livianas, veloces y flexibles.

Quiero ayudar a buscar respuestas a esta extraordinaria y oportuna pregunta, que estoy seguro, deben hacerse todos los empresarios, líderes gremiales y empresariales, así como el personal de las distintas organizaciones, instituciones y empresas, como también la ciudadanía toda, porque sabemos, claramente, que el desarrollo de cualquier nación, depende y se apoya en la actividad privada, la creatividad  y aporte de los ciudadanos.

Como decía Winston Churchill; “Muchos miran al empresario como el lobo que hay que abatir, otros lo miran como la vaca que hay que ordeñar, pero muy pocos lo miran como el caballo que tira del carro”

En otras palabras, ese carro del desarrollo y prosperidad, en el mundo entero, es tirado por el caballo llamado empresa privada y el aporte de sus ciudadanos.

Recomiendo tres decisiones que deben poner en práctica los líderes empresariales para responder a la pregunta formulada arriba. Veamos

Primer paso. Flexibilidad, adaptabilidad y respuestas oportunas. Este constituye el primer paso, fundamental y decisivo que deben poner en práctica nuestros meritorios líderes empresariales. Esto significa, que deben incorporar una sabia y sensata flexibilidad a sus planes, sus prácticas,, sus actuaciones, la manera de tomar decisiones. Revisar y ajustar todos sus procedimientos, maneras de producir y operar. Se requiere mucha flexibilidad  y adaptación a los vertiginosos cambios y las exigencias de repuestas rápidas y oportunas

Segundo paso Superar la centralización, jerarquización y lentitud. Se requiere descentralizar, delegar, empoderar y trasladar las decisiones en manos de los colaboradores y el personal de la empresa u organización. Eliminar esos complicados procedimientos, solicitudes de permisos y autorizaciones que “amarran” y ponen lenta a las empresas y organizaciones. El empoderamiento, con la debida y necesaria formación, entrenamiento y formación, permite que todo el personal este “al tanto” de las exigencias externas y ayude a tomas decisiones sensatas, productivas y que den sustentabilidad  a la empresas u organización. La pandemia y la llamada Nieva Normalidad representa la desaparición total de la burocracia, lentitud, complicaciones y pesadas manera de tomar decisiones y aplicarlas.

Tercer paso. Desarrollar la Cultura Organizacional Resiliente. Esto significa que los líderes, sin excepción alguna, deben fortalecer en su empresa, institución u organización, la llamada cultura positiva hacia los cambios, Todo el personal de las organizaciones, debe desarrollar una actitud positiva a los cambios, lejos de quejarse y lamentarse, debe estar dispuesto a dar su valioso aporte para que la empresa u organización salga adelante ante sus retos y dificultades. Cuando todo el personal de una empresa, organización e institución de cualquier tipo, está preparado, formado y entrenado, con una actitud positiva ante los cambios y cuando se acostumbran a dar sus respectivos aportes, para superar escollos, unidos, integrados, solidarios entre ellos mismos, cuando son capaces de cambiar practicas operativas, sustituir productos no rentables ni que sean requeridos por los clientes, entonces estamos frente a una organización con cultura resiliente.

Las empresas, organizaciones o instituciones, que sigan estos tres pasos, que los incorporen a su vida organizacional, se puede considerar que actúan con la velocidad, oportunidad y sabiduría, que le permiten avanzar en ese camino de convertirse en livianas, veloces y flexibles, para evitar ser “arrastradas” por las nuevas exigencias y puedan mantenerse en sus mercados,

Los líderes y los colaboradores de las empresas, organizaciones e instituciones, tienen la palabra.

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